Un grupo de moderadores de contenido de Facebook, empleados por la empresa contratista Sama en Kenia, ha presentado una demanda contra Meta, la empresa matriz de Facebook, alegando despidos injustificados y represalias por intentar organizar un sindicato. Este caso ha puesto de relieve la complejidad de las relaciones laborales en el ámbito de la moderación de contenido digital, un tema que ha cobrado relevancia en un mundo donde las redes sociales tienen un papel central en la difusión de información.
Contexto de la demanda
Los 185 moderadores que han demandado a Meta y a Sama afirman haber sido despedidos tras intentar formar un sindicato, un movimiento considerado por muchos como un intento legítimo de mejorar sus condiciones laborales. Sin embargo, la situación se complicó cuando algunos de estos moderadores informaron sobre amenazas recibidas de un grupo rebelde etíope, el Ejército de Liberación Oromo (OLA), en respuesta a la eliminación de su contenido de la plataforma.
Según documentos judiciales, los moderadores que trabajaban en la supervisión de contenido relacionado con Etiopía fueron objeto de represalias por parte del OLA, que los acusó de censura. Estos moderadores aseguraron que sus quejas fueron desestimadas por Sama, lo que generó un clima de miedo entre ellos. Uno de los moderadores, Abdikadir Alio Guyo, detalló haber recibido amenazas directas que indicaban que enfrentarían «consecuencias graves» si continuaban eliminando sus publicaciones.
El caso se agrava por la acusación de que Meta ignoró las recomendaciones de expertos sobre la gestión del discurso de odio en Etiopía. Alewiya Mohammed, quien supervisaba a los moderadores, comentó sentirse atrapada en un «bucle interminable» de contenido dañino que no podía eliminar debido a las políticas de la empresa. Este tipo de situaciones resalta la deshumanización inherente en los procesos de moderación de contenido, donde los derechos de los trabajadores y la seguridad de las comunidades se ven comprometidos en favor de políticas corporativas.
El OLA, considerado un grupo rebelde por el gobierno etíope, ha sido objeto de críticas por sus acciones, que incluyen ataques contra civiles. Sin embargo, es fundamental entender el contexto en el que operan estos grupos. Las tensiones sociales y políticas en Etiopía, en particular la marginalización de la comunidad Oromo, son factores que han contribuido a la radicalización de ciertos sectores de la población. Este trasfondo debe ser considerado al evaluar las dinámicas de conflicto en la región.
Las conversaciones para llegar a un acuerdo extrajudicial entre los moderadores y Meta fracasaron en octubre del año pasado, lo que ha llevado el caso a los tribunales. Las repercusiones de este juicio podrían tener un impacto significativo en la manera en que Meta y otras plataformas digitales gestionan la moderación de contenido a nivel global, especialmente en contextos conflictivos donde los intereses económicos y las realidades sociales chocan de manera violenta.
