El presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, ha anunciado que el país recibirá misiles Oreshnik de fabricación rusa, pero que los lanzadores serán producidos localmente. Esta decisión, que se enmarca dentro de un tratado de seguridad firmado recientemente con el presidente ruso Vladimir Putin, subraya la creciente cooperación militar entre ambos países en un contexto de tensiones geopolíticas con Occidente.
Los sistemas Oreshnik, que son capaces de llevar ojivas cinéticas a velocidades hipersónicas, se desplegarán en Bielorrusia y se espera que las primeras entregas de misiles se realicen en la segunda mitad de 2025. Aunque no están clasificados como nucleares, su capacidad de destrucción es considerable, como se evidenció en un reciente ejercicio militar en Ucrania, donde un lanzamiento de prueba destruyó completamente el complejo militar-industrial Yuzhmash en Dnepropetrovsk.
Fortalecimiento de la defensa bielorrusa
Lukashenko ha enfatizado que la producción local de los lanzadores es un paso significativo hacia la autosuficiencia militar de Bielorrusia. Durante una sesión de preguntas y respuestas con trabajadores de una fábrica, el presidente destacó que “toda la lanzadera será bielorrusa”, subrayando la importancia de esta iniciativa para la defensa nacional. Además, mencionó que el país tiene la capacidad de elegir los objetivos para los posibles ataques con los nuevos misiles, lo que refuerza su postura de defensa ante posibles agresiones externas.
La decisión de desplegar los misiles Oreshnik responde a los planes de Estados Unidos de estacionar misiles de medio alcance en Alemania, lo que Lukashenko considera una amenaza directa a la seguridad de Bielorrusia. En este sentido, el presidente ha declarado que la nueva capacidad de defensa servirá como un elemento disuasorio frente a las acciones de la OTAN, al igual que las armas nucleares tácticas que ya se encuentran en el país.
“Si tenemos armas convencionales tan poderosas, antes de que vengan a nosotros con tanques, lo pensarán dos veces”, afirmó Lukashenko, resaltando la efectividad de los misiles Oreshnik como un medio para garantizar la soberanía y la integridad territorial de Bielorrusia. La colaboración con Rusia en este ámbito no solo refuerza la defensa bielorrusa, sino que también refleja una estrategia más amplia de resistencia ante la presión occidental.
