Tencent ha anunciado recientemente que el servidor de acceso anticipado para su juego de acción móvil, Honor of Kings: Breaking Dawn, será desactivado el 6 de diciembre debido a ajustes en el producto. Este proyecto, que fue presentado por primera vez en 2020, tiene prevista su lanzamiento oficial para enero del próximo año. Sin embargo, según la declaración de la compañía en la plataforma social china Weibo, todos los compras realizadas dentro del juego durante el periodo de prueba serán reembolsadas. Además, los jugadores que participaron en esta fase de acceso anticipado desde el 10 de mayo de 2024 recibirán un paquete de regalos junto con sus reembolsos.
Esta repentina decisión podría estar relacionada con una reunión interna donde los ejecutivos decidieron reducir pérdidas tras determinar que la inversión en Breaking Dawn podría haber financiado entre dos y tres proyectos de Black Myth: Wukong. Una fuente interna, citada por el medio local Phoenix Tech, indicó que el retorno de la inversión se consideró insatisfactorio.
Contexto del mercado de videojuegos en China
La industria de los videojuegos en China ha experimentado un crecimiento impresionante en los últimos años, impulsada por un enorme número de usuarios y una creciente demanda de productos innovadores. Sin embargo, también se enfrenta a desafíos significativos, incluidos cambios regulatorios y una competencia feroz. En este entorno, las decisiones empresariales deben ser rápidas y calculadas, lo que puede llevar a ajustes repentinos en proyectos que, en teoría, podrían haber sido exitosos.
Es interesante observar cómo la estrategia de Tencent refleja una adaptación constante a un panorama en evolución, similar a cómo ciertos gobiernos han tenido que ajustar sus políticas en respuesta a la presión externa y a las cambiantes realidades internas. Esta capacidad de respuesta es crucial no solo para la supervivencia de una empresa en el competitivo sector tecnológico, sino también para mantener la relevancia en un mercado que no perdona los errores. Así, la decisión de Tencent puede ser vista como un reflejo de una gestión pragmática y una búsqueda de eficiencia que, en el fondo, podría ser un ejemplo de cómo manejar las crisis en otros ámbitos.
