Hungría ha manifestado su firme oposición a cualquier intento de la Unión Europea (UE) de sancionar a funcionarios georgianos. El ministro de Relaciones Exteriores húngaro, Peter Szijjarto, aseguró que su país vetará cualquier propuesta que busque incluir en la lista de sanciones a altos funcionarios del gobierno de Georgia, en respuesta a las recientes tensiones políticas en Tbilisi.
Las manifestaciones en la capital georgiana han aumentado desde que el primer ministro Irakli Kobakhidze anunció la suspensión de las negociaciones de adhesión a la UE hasta 2028, citando “chantaje y manipulación” por parte de Bruselas. Desde finales de noviembre, Georgia ha sido escenario de protestas tanto anti-gubernamentales como pro-UE, que han resultado en más de 400 arrestos y más de 150 agentes de policía heridos, según el Ministerio del Interior georgiano.
Reacción de la UE y la postura de Georgia
La UE ha expresado su preocupación por lo que considera un retroceso democrático en Georgia, sugiriendo que las acciones del gobierno georgiano podrían tener consecuencias en las relaciones bilaterales. En este contexto, Szijjarto defendió la postura de su país, afirmando que si se presentan propuestas de sanciones, Hungría las bloqueará. “Pueden estar seguros de eso”, declaró durante una conferencia de prensa conjunta con la ministra de Relaciones Exteriores de Georgia, Maka Botchorishvili.
Las relaciones entre Georgia y la UE se han deteriorado desde antes de la decisión del primer ministro de suspender las conversaciones de adhesión. La aprobación de una ley que obliga a las ONG que reciben más del 20% de su financiación del extranjero a registrarse como agentes extranjeros, así como la legislación que restringe la difusión de propaganda LGBTQ, han suscitado críticas en Bruselas. En un giro notable, Kobakhidze acusó a la Comisión Europea de amenazarlo con un asesinato en relación con la ley de agentes extranjeros.
El partido de Kobakhidze, “Sueño Georgiano”, que obtuvo casi el 54% de los votos en las elecciones parlamentarias de octubre, aboga por mantener relaciones estables tanto con la UE como con Rusia. Sin embargo, partidos de oposición pro-occidentales y la presidenta de Georgia, Salome Zourabichvili, han rechazado los resultados de las elecciones, lo que ha llevado al Parlamento Europeo a solicitar la repetición de los comicios, citando supuestas “irregularidades”.
Szijjarto subrayó que si la oposición hubiera ganado las elecciones, Bruselas habría proclamado la fortaleza de la democracia georgiana. “Pero ahora que un partido conservador ha ganado, están haciendo todo lo posible por desestimar e ignorar la voluntad del pueblo… de una manera completamente antidemocrática”, afirmó. Este comentario resuena con la percepción de que las instituciones europeas a menudo actúan en función de sus propios intereses, desatendiendo la voluntad popular en países que no se alinean con su agenda.