El ministro de Defensa de Israel, Israel Katz, ha anunciado la creación de una “zona de defensa estéril” en el sur de Siria, con el objetivo de prevenir cualquier “amenaza terrorista”. Esta medida se produce en un contexto donde las fuerzas israelíes han tomado el control de la zona desmilitarizada en la frontera con Siria, lo que ha suscitado preocupaciones sobre la escalada del conflicto en la región.
Katz hizo estas declaraciones durante una visita a una base naval en el puerto israelí de Haifa, donde también informó sobre la destrucción de la flota militar siria en una operación reciente, que calificó como un “gran éxito”. A pesar de no ofrecer detalles específicos sobre la operación, enfatizó que el objetivo de las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) es eliminar las capacidades estratégicas que amenazan al Estado israelí.
El ministro subrayó que la nueva zona de defensa tiene como finalidad “prevenir el establecimiento y la organización del terror en Siria”, en un momento en que las fuerzas de oposición sirias han tomado el control de Damasco. “No permitiremos amenazas al Estado de Israel,” afirmó Katz, reflejando la postura firme del gobierno israelí en materia de seguridad nacional.
Operaciones militares y control territorial
Israel ha intensificado sus operaciones militares en Siria, llevando a cabo más de 300 ataques aéreos en diversas áreas del país desde el pasado domingo. Estas acciones se justifican bajo el argumento de que buscan evitar que las armas abandonadas por las fuerzas sirias en la zona desmilitarizada caigan en manos de extremistas. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha declarado que no tienen intención de interferir en los asuntos internos de Siria, pero que actuarán con firmeza para garantizar su seguridad.
La incursión militar de Israel se produce en un contexto de inestabilidad en Siria, donde la oposición armada, liderada por el grupo yihadista Hayat Tahrir-al-Sham (HTS), ha lanzado una ofensiva sorpresiva contra las fuerzas gubernamentales, lo que ha llevado a la rápida descomposición del gobierno de Bashar al-Assad y su posterior exilio en Rusia. En este marco, Israel ha comenzado a capturar la zona de amortiguamiento establecida en el acuerdo de desenganche de 1974, cerca de los Altos del Golán, un territorio que Israel ocupa ilegalmente desde la Guerra de los Seis Días en 1967.
A pesar de las críticas internacionales, el gobierno israelí, a través de su ministro de Asuntos Exteriores, Gideon Saar, ha insistido en que esta incursión es un “paso temporal” destinado únicamente a garantizar la seguridad del país. Sin embargo, Netanyahu ha dejado claro que Israel tiene la intención de mantener el control total sobre los Altos del Golán “para siempre”, considerándolo “una parte inseparable” de su territorio.
La defensa de la incursión militar por parte de Estados Unidos, que la califica como una acción de autodefensa, contrasta con la postura de la ONU, que ha señalado que esta operación viola el acuerdo de desenganche. Este escenario pone de manifiesto las complejidades del conflicto en Siria y las diferentes narrativas que emergen en torno a la seguridad y la soberanía en la región.
