El grupo político Sumar ha presentado recientemente en el Congreso una proposición no de ley que aboga por el traspaso de mutualistas desde Muface a la sanidad pública. Este movimiento surge en un contexto donde se cuestiona la sostenibilidad de Muface, como ya apuntó un informe del Ministerio de Sanidad en noviembre. Sumar argumenta que este es un «momento idóneo» para acelerar la transición desde el sistema de aseguradoras hacia la sanidad pública, lo que plantea serias dudas sobre el modelo actual de mutualismo que ha tenido reconocimiento en la administración pública.
La propuesta incluye la creación de una «comisión interministerial» que, bajo el liderazgo del Ministerio de Sanidad, se encargue de gestionar este proceso. Además, proponen prorrogar el actual contrato de Muface hasta el 31 de enero de 2025 y establecer prórrogas extraordinarias si son necesarias. Sin embargo, esta visión de Sumar podría ser vista como un intento de diluir el modelo de mutualismo, que ha sido defendido por comunidades como Madrid, donde se han manifestado voces a favor de mantenerlo.
Financiación y Reparto de Recursos
El grupo de Yolanda Díaz también solicita que la financiación de Muface se transfiera «plenamente al sistema público» de manera finalista, lo que implica un reparto de recursos entre comunidades autónomas que podría acentuar las desigualdades existentes en el sistema de salud español. Sumar cifra esta transferencia en 2.436 millones de euros, que se destinarían principalmente a reforzar los sistemas de Atención Primaria y Comunitaria, un enfoque que, aunque parece necesario, podría generar tensiones en la gestión de recursos en un sistema ya sobrecargado.
La proposición de Sumar ha generado una atmósfera de incertidumbre, especialmente tras las declaraciones del Gobierno, que había asegurado que no se planteaba la disolución de Muface, lo que contrasta con las propuestas presentadas. Este tipo de ambigüedad en la gestión de la sanidad pública podría crear un clima de desconfianza entre los mutualistas, quienes han salido a las calles en varias ocasiones para expresar su preocupación por el futuro de su atención sanitaria.
La situación es delicada y requiere un análisis profundo que contemple no solo la necesidad de una atención sanitaria eficiente, sino también el respeto a un modelo de mutualismo que ha funcionado durante décadas. La presión de Sumar para transformar este modelo refleja una ideología que prioriza la intervención pública sobre las opciones privadas, un enfoque que merece ser debatido con rigor y sin prejuicios.
