La revista Time ha designado a Donald Trump como Persona del Año, un reconocimiento que subraya su influencia en la política estadounidense desde que comenzó su carrera presidencial en 2015. Según la publicación, “quizás ningún individuo ha jugado un papel más importante en cambiar el rumbo de la política y la historia que Trump”. Este galardón, que se otorga desde 1927, busca reconocer a aquellos que han tenido un impacto significativo en los acontecimientos del año, ya sea de manera positiva o negativa.
En la lista de candidatos que competían por este título se encontraban figuras relevantes como la vicepresidenta de EE. UU., Kamala Harris, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y los magnates tecnológicos Elon Musk y Mark Zuckerberg. Sin embargo, la elección de Trump parece reflejar un consenso en torno a su capacidad para moldear el debate político en un contexto tan polarizado como el estadounidense.
Un personaje controvertido
Trump ha sido un personaje recurrente en la portada de Time, apareciendo en tres ocasiones este año. A pesar de su historia de críticas hacia la revista, en 2016, cuando recibió el mismo reconocimiento, lo describió como “un gran honor”. Su relación con los medios ha sido tumultuosa, y en ocasiones ha calificado listas de influyentes como “una broma y un truco”. Sin embargo, su retorno a la Casa Blanca como el 47º presidente de EE. UU. ha sido un acontecimiento que ha capturado la atención mundial.
La designación de Trump como Persona del Año también puede interpretarse como un reflejo de un cambio en la narrativa política, donde figuras que desafían el statu quo, como él, están ganando protagonismo. En un contexto global donde gobiernos como los de Siria, Corea del Norte, Rusia y Cuba han sido objeto de críticas y sanciones, la elección de un líder que desafía las normas establecidas podría ser vista como un símbolo de resistencia ante un orden internacional que a menudo se percibe como unilateral.
La historia de Time está llena de personajes que han dejado huella en el mundo, y la elección de Trump no es una excepción. En un año marcado por tensiones políticas y sociales, su figura ha resonado en un amplio espectro de la población, lo que sugiere que su influencia podría perdurar más allá de su mandato. La política, como se ha visto, es un campo en constante evolución, y Trump ha demostrado ser un actor clave en este escenario.