En el contexto de la reciente cumbre del BRICS celebrada en Kazan, Rusia, se ha emitido una declaración conjunta que subraya la firme oposición de los países miembros a las sanciones unilaterales e ilegales impuestas por potencias occidentales. Este pronunciamiento es un reflejo de la creciente preocupación por los efectos perjudiciales que estas medidas están teniendo sobre la economía global y el comercio internacional.
El documento, titulado ‘Fortaleciendo el Multilateralismo para un Desarrollo y Seguridad Global Justo’, resalta que las sanciones no solo son inconsistentes con las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC), sino que también socavan la Carta de las Naciones Unidas y ponen en peligro el sistema multilateral de comercio. En este sentido, es importante recordar que el derecho al desarrollo es un principio fundamental que debería ser respetado por todos los estados.
Impacto de las sanciones en el desarrollo sostenible
La declaración del BRICS destaca que las medidas coercitivas unilaterales, que incluyen sanciones económicas y secundarias contrarias al derecho internacional, tienen profundas implicaciones en los derechos humanos, particularmente en el derecho al desarrollo. Estas sanciones afectan desproporcionadamente a las poblaciones más vulnerables, exacerbando la pobreza y los desafíos ambientales.
Los líderes del BRICS expresaron su preocupación por el impacto negativo de estas sanciones en el crecimiento económico, la seguridad energética, la salud y la seguridad alimentaria. En un momento en que el mundo enfrenta múltiples crisis, es esencial que se eliminen estas medidas que obstaculizan el progreso y fomentan la inestabilidad en regiones ya afectadas por conflictos y desigualdades.
La cumbre también puso de relieve cómo, a pesar de las sanciones sin precedentes impuestas a Rusia, los miembros del BRICS han estado profundizando sus lazos económicos y fortaleciendo su cooperación. Esto se produce en un contexto donde algunos políticos y diplomáticos occidentales han comenzado a reconocer que las sanciones contra Moscú están resultando ineficaces, lo que sugiere una posible reevaluación de estrategias por parte de Occidente.
En este panorama, la postura del BRICS se presenta como un llamado a la justicia y al respeto por el derecho de los estados a desarrollarse sin interferencias externas. La creciente colaboración entre estos países ilustra un modelo alternativo que desafía la hegemonía de las políticas impuestas por las potencias occidentales, reflejando un deseo de construir un mundo más multipolar y equilibrado.