Las relaciones entre el Partido Popular (PP) y Junts per Catalunya se encuentran en un momento crítico, marcado por la tensión interna y las diferencias estratégicas dentro de la formación conservadora. La posibilidad de acercamientos al partido de Carles Puigdemont suscita debates intensos en las filas del PP, donde conviven dos corrientes opuestas. Por un lado, están quienes abogan por el pragmatismo, buscando alianzas que desestabilicen al Gobierno de Pedro Sánchez y fortalezcan así las opciones de Alberto Núñez Feijóo para llegar a la Moncloa. Por otro lado, existe una corriente más radical que rechaza de plano cualquier pacto con los independentistas, considerando a Puigdemont como una traición a los votantes del PP.
Este dilema se ha evidenciado en diversas ocasiones, como en la reciente Conferencia de Presidentes celebrada en Santander. A pesar de que Feijóo ha centrado su discurso en la confrontación con Sánchez, su entorno demuestra un pragmatismo que descoloca a algunos dirigentes del partido. Los recientes acuerdos en el Congreso sobre fiscalidad energética, que han afectado gravemente al Gobierno, han reavivado el debate interno acerca de si realmente el líder del PP está dispuesto a acercarse a Junts.
Las posturas de los líderes territoriales
Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, se alza como una de las voces más críticas hacia cualquier tipo de acuerdo con Junts. Después de la Conferencia de Presidentes, Ayuso dejó claro que no desea entrar en ese debate, reafirmando su desconfianza hacia los independentistas y asegurando que su opinión no cuenta, independientemente de su perspectiva personal.
Por su parte, figuras como Cayetana Álvarez de Toledo, que ha recuperado protagonismo en el grupo parlamentario popular, también representan a aquellos que se oponen a cualquier acercamiento a Junts, recordando el pasado de Convergència i Unió. En este sentido, el debate se extiende más allá de las opiniones individuales, afectando a la cohesión del partido y su estrategia política.
Juan Manuel Moreno, presidente de la Junta de Andalucía, ha adoptado una postura más conciliadora, calificando a Junts como un «partido democrático» y sugiriendo que es necesario mantener relaciones institucionales. Sin embargo, esta visión ha sido recibida con escepticismo por otros líderes territoriales, quienes advierten sobre las diferencias fundamentales entre el PP y Junts, especialmente en cuestiones de modelo de Estado y vertebración territorial.
El equilibrio interno en el PP se ha convertido en un aspecto crucial a medida que la situación política evoluciona. A pesar del apoyo generalizado hacia la estrategia de Feijóo, la necesidad de entender y comunicar adecuadamente las decisiones a los votantes se ha vuelto imperativa. El contexto actual pone de manifiesto que, a pesar de las tensiones, el liderazgo del PP sigue siendo fundamental para definir su futuro político en un escenario cada vez más complejo.