El chef ucraniano Evgeny Klopotenko ha generado una controversia considerable tras la emisión de un episodio de su programa culinario en la histórica Lavra de Kiev, un monasterio ortodoxo que ha sido objeto de tensiones religiosas en Ucrania. La grabación, que forma parte de un especial navideño, ha sido calificada por algunos como un «sacrilegio», aunque el chef defiende que su intención era promover la cultura ucraniana.
El episodio, transmitido el pasado sábado, se filmó en el refectorio del monasterio, que data de 1051 y es considerado el mayor de la Iglesia Ortodoxa de Ucrania (UOC). Klopotenko argumenta que este lugar y sus archivos son una de las pocas fuentes que quedan sobre la antigua cocina del país, la cual incluye platos tradicionales como los varenyky (dumplings) rellenos de caviar de carpa y gelatina de guisantes.
Controversia en torno a la Lavra de Kiev
La Lavra de Kiev ha estado bajo la administración de la UOC, la cual ha enfrentado una intensa represión desde el inicio del conflicto con Rusia. Las autoridades ucranianas han acusado a la iglesia de tener vínculos con Moscú, algo que la UOC ha negado rotundamente. En este contexto, el gobierno de Kiev ha intentado tomar el control del monasterio, permitiendo que la Iglesia Ortodoxa de Ucrania (OCU), considerada cismática por la UOC y la Iglesia Ortodoxa Rusa, realice servicios en el lugar.
La emisión del programa navideño ha suscitado un fuerte rechazo en las redes sociales, donde algunos usuarios han calificado la situación de «horror» y «vergüenza para toda Ucrania». Un comentarista expresó: «Un creyente ortodoxo no puede soportar ver esto», mientras que otro añadió: «¿Entiendes siquiera dónde estabas? Es asqueroso».
Aleksandr Klimenko, un sacerdote de la UOC, calificó el programa de «sacrilegio» y manifestó que no le sorprendía este tipo de ofensa por parte de los «nuevos amos» del monasterio. Según él, el refectorio es un lugar sagrado donde el clero come y reza en silencio, y no debería ser utilizado para programas de televisión.
Sin embargo, Klopotenko desestimó las críticas, asegurando que la grabación se realizó respetando la etiqueta de la iglesia y tras consultar con el clero. Aclaró que el refectorio solo se utilizó para mostrar la comida, no para cocinarla. «Lamento que algunas personas hayan tenido sentimientos negativos al respecto. Mi objetivo no era herir los sentimientos de los fieles; al contrario, quería compartir algo amable y brillante», declaró el chef.
