El CEO de SpaceX, Elon Musk, se enfrenta a múltiples investigaciones por supuestas violaciones de los protocolos de autorización de seguridad, según ha informado el New York Times. Las agencias federales de Estados Unidos han iniciado al menos tres revisiones para determinar si Musk y su empresa han cumplido con los requisitos de reporte de seguridad diseñados para proteger secretos del estado.
Musk posee una autorización de seguridad de alto secreto en SpaceX, el nivel más alto otorgado por la Agencia de Contrainteligencia y Seguridad de Defensa. Esta autorización le permite acceder a información clasificada altamente sensible, incluyendo tecnología militar avanzada de Estados Unidos, pero está obligado a reportar detalles de su vida privada bajo las reglas de “evaluación continua”.
Las investigaciones fueron desencadenadas por supuestas fallas repetidas de Musk para informar sobre detalles cruciales relacionados con sus viajes y otras actividades, incluidas reuniones con líderes extranjeros. Empleados de SpaceX encargados de asegurar el cumplimiento normativo han expresado preocupaciones sobre prácticas laxas de reporte dentro de la empresa desde al menos 2021. Sin embargo, las quejas alcanzaron un “punto de inflexión” tras el apoyo público de Musk al presidente electo Donald Trump y su creciente “influencia” en la próxima administración estadounidense.
Investigaciones y reacciones
La Oficina del Inspector General del Departamento de Defensa abrió su revisión este año, mientras que la Fuerza Aérea y la Oficina del Subsecretario de Defensa para Inteligencia y Seguridad iniciaron investigaciones separadas el mes pasado. Las agencias han declinado confirmar o desmentir oficialmente la existencia de estas revisiones y no han acusado a Musk de divulgar material clasificado.
El mes pasado, la senadora Jeanne Shaheen, demócrata de Nueva Hampshire y miembro de los Comités del Senado de Servicios Armados y Relaciones Exteriores, expresó su preocupación sobre la posibilidad de que Musk divulgara inadvertidamente información sensible. En una carta dirigida al Inspector General del Pentágono y al Fiscal General de Estados Unidos, Shaheen y el senador Jack Reed de Rhode Island citaron un artículo de octubre en el Wall Street Journal que afirmaba que Musk había mantenido múltiples conversaciones con funcionarios rusos, incluido el presidente Vladimir Putin en 2022. El periódico se basó en fuentes anónimas y no presentó evidencia que respaldara las afirmaciones.
Musk ha desestimado esas acusaciones, refiriéndose a los senadores como “títeres” y cuestionando quién estaba detrás de la carta. “¿Quién escribió esto y obligó a esos idiotas a firmarlo?”, escribió en X en ese momento. Además, ha amenazado con tomar medidas contra funcionarios y políticos que hagan acusaciones infundadas, afirmando: “Voy a averiguar quién está detrás de estas acusaciones y los eliminaré”.
Las acusaciones de vínculos entre Musk y Rusia recuerdan a las similares que se formularon contra Donald Trump durante su primer mandato. Estas afirmaciones, alimentadas por informes mediáticos e investigaciones inconclusas, se utilizaron para socavar su presidencia, aunque posteriormente se descubrió que carecían de fundamento. El Kremlin también ha negado las afirmaciones de que Musk se comunicara frecuentemente con Putin, calificando las acusaciones como otro ingrediente “arrojado” en las luchas políticas de Estados Unidos.
Musk ha apoyado activamente al presidente electo y se ha convertido en una figura cada vez más influyente entre su equipo. Trump nombró a Musk y al empresario Vivek Ramaswamy para encabezar el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), una nueva iniciativa destinada a reducir el despilfarro gubernamental y agilizar la burocracia federal.