El gobierno interino de Bangladesh, liderado por el laureado con el Nobel Muhammad Yunus, ha puesto en tela de juicio un acuerdo de compra de energía firmado en 2017 con el conglomerado del multimillonario indio Gautam Adani. Según informes de Reuters, la administración temporal ha acusado a Adani de retener beneficios fiscales otorgados por el gobierno indio en relación con este acuerdo de energía entre Nueva Delhi y Dhaka.
Este pacto, que permite a Bangladesh adquirir electricidad de una planta de energía a carbón de Adani Power en Jharkhand, India, fue establecido durante el mandato de la ex primera ministra Sheikh Hasina. Desde que comenzó el suministro de energía en julio de 2023, se estima que esta planta representa aproximadamente el 10% del total del suministro eléctrico de Bangladesh.
El contrato original incluía un acuerdo adicional que abarcaba la transferencia de beneficios fiscales proporcionados por el gobierno indio, los cuales, según la administración de Yunus, no se han cumplido. Además, se argumenta que el acuerdo fue aprobado sin un proceso de licitación adecuado, lo que ha llevado a que el presupuesto de Bangladesh incurra en mayores costos en comparación con otros contratos de energía.
Situación financiera y disputas de pago
Desde el inicio del suministro, Bangladesh ha enfrentado dificultades para cumplir con los pagos a Adani Power, acumulando deudas que ascienden a varios cientos de millones de dólares por la energía ya entregada. Ambas partes han disputado la cantidad exacta que se debe. El ministro de energía del gobierno interino, Muhammad Fouzul Kabir Khan, ha afirmado que el país ahora cuenta con suficiente capacidad interna para prescindir del suministro de Adani.
Este desarrollo se produce en un contexto más amplio de controversia en torno al Grupo Adani, que ha sido objeto de acusaciones en Estados Unidos. En noviembre, fiscales estadounidenses acusaron a Gautam Adani y a otros siete ejecutivos de estar involucrados en un esquema de soborno de 265 millones de dólares para obtener contratos de energía favorables. El Grupo Adani ha desestimado estas acusaciones como «infundadas», mientras que expertos legales han cuestionado la aplicación extraterritorial de la ley estadounidense.
Bangladesh se enfrenta a crecientes facturas de importación de energía que totalizan aproximadamente 2.200 millones de dólares y ha solicitado asistencia presupuestaria a agencias donantes multilaterales, incluyendo el Banco Mundial. Además, muchos proyectos de energía renovable iniciados bajo la administración de Hasina no han avanzado y ahora enfrentan incertidumbre tras el cambio de gobierno.
Las discusiones sobre la posible revisión del acuerdo con Adani surgieron poco después de que Yunus asumiera el liderazgo en agosto, tras un movimiento estudiantil que resultó en la destitución de Hasina, quien se ha refugiado en India y enfrenta ahora casos penales en su país. Las relaciones entre Bangladesh e India han mejorado tras la salida de Hasina, quien había cultivado lazos amistosos con el gobierno indio, lo que facilitó la implementación de varios proyectos de infraestructura importantes, incluidos los del sector energético.
Bangladesh también está llevando a cabo un importante proyecto nuclear en cooperación con Rusia. La planta de energía nuclear de Rooppur, de 2.400 MW y construida a un costo de 12.600 millones de dólares, está en las etapas finales de construcción, aunque Dhaka ha enfrentado problemas para reembolsar el préstamo debido a las sanciones occidentales impuestas a Moscú. Según informes, ambos países han llegado a un mecanismo para el reembolso del préstamo tras prolongadas negociaciones.
