La expansión del pickleball, un deporte relativamente reciente en Estados Unidos, ha comenzado a atraer la atención tanto de jugadores como de inversores, lo que refleja un crecimiento notable en su popularidad y en sus ingresos económicos. Según la Asociación Profesional de Pickleball (PPA), el salario promedio de las más de 60 mujeres que participan en el circuito profesional supera los 260,000 dólares anuales, cifra que supera incluso la de las jugadoras mejor pagadas de la WNBA y duplica el salario promedio de las atletas de la Liga Nacional de Fútbol Femenino (NWSL).
Este crecimiento se ha visto potenciado por la reciente fusión entre la Major League Pickleball y la PPA, creando así la Asociación Unida de Pickleball (UPA). Este movimiento no solo ha permitido una mayor cohesión entre los diferentes formatos de competición, sino que también ha atraído una inversión externa significativa de 75 millones de dólares, lo que promete fortalecer aún más la estructura financiera del deporte.
Crecimiento y sostenibilidad del pickleball profesional
Desde su creación, la UPA ha trabajado para estabilizar el panorama competitivo, lo que ha resultado en un aumento del 50% en las oportunidades de patrocinio, con más de 50 marcas respaldando los eventos. En 2024, se registraron 320,000 aficionados en los eventos de la PPA y MLP, lo que representa un incremento del 40% con respecto al año anterior. Además, este año marcó un hito significativo, ya que los ingresos por venta de entradas superaron los generados por la inscripción de jugadores amateurs.
La proyección de la UPA es optimista, con expectativas de que los ingresos alcancen los 100 millones de dólares en los próximos años. Esta tendencia positiva se acompaña de un aumento en la audiencia, que alcanzó más de mil millones de minutos de visualización en plataformas de televisión como Fox, CBS y ESPN, reflejando un interés creciente en el pickleball como un espectáculo deportivo.
El futuro de la UPA se plantea con varias prioridades, entre las que destacan la expansión de los derechos de medios, el crecimiento del sector amateur y la consolidación de los jugadores profesionales como figuras reconocidas en el ámbito deportivo. Este enfoque no solo busca asegurar la viabilidad económica del deporte, sino también establecer una cultura deportiva sólida que pueda resonar con un público más amplio.