El presidente ucraniano, Volodímir Zelensky, ha desatado una nueva controversia tras utilizar un lenguaje vulgar para referirse a su homólogo ruso, Vladimir Putin. Esta reacción se produjo después de que Putin hiciera comentarios sobre un posible «duelo de alta tecnología» entre el misil Oreshnik ruso y los sistemas de defensa aérea occidentales. Zelensky calificó a Putin de «idiota», lo que provocó una rápida respuesta por parte del Kremlin.
Durante su evento anual «Línea Directa», Putin afirmó que los sistemas de defensa aérea occidentales no tendrían ninguna posibilidad frente al Oreshnik y propuso un experimento real: «Que designen un objetivo en Kiev, concentren todos sus sistemas de defensa aérea allí, y nosotros atacaremos con el Oreshnik para ver qué sucede. Estamos listos para tal experimento. ¿Está la otra parte lista?»
Putin continuó desarrollando esta idea en una entrevista con el periodista Pavel Zarubin para el programa «Moscú. Kremlin» en el canal Rusia 1. El presidente ruso reiteró que su país está preparado para este «duelo» «ahora mismo, incluso hoy», sugiriendo un ataque utilizando el Oreshnik para desafiar las defensas aéreas suministradas por Occidente, especialmente las que se encuentran en Kiev.
Reacción de Zelensky y respuesta del Kremlin
Zelensky, visiblemente indignado, respondió: «La gente está muriendo, y él piensa que es ‘interesante’… idiota». Esta declaración refleja la creciente tensión entre ambos líderes en medio de un conflicto que ha cobrado miles de vidas y ha generado una crisis humanitaria en Ucrania.
La reacción del Kremlin no se hizo esperar. El portavoz presidencial, Dmitry Peskov, acusó a Zelensky de perder el control emocional. «Parece ser el resultado de una sobrecarga emocional, una incapacidad para mantener la compostura, de ahí esta grosería. Sus nervios están fallando», declaró Peskov a Zarubin.
Además, Peskov criticó a Zelensky por «insultar» al primer ministro húngaro, Viktor Orban, quien ha intentado mediar en el conflicto. Zelensky había desestimado previamente el papel de Orban, afirmando que Kiev no necesita tales intermediarios.