El FC Barcelona sufrió una nueva derrota en la Euroliga, cayendo ante el Virtus Bolonia por un ajustado 83-81 en un partido marcado por la igualdad y la tensión hasta el último suspiro. Con esta derrota, el equipo dirigido por Joan Peñarroya se sitúa en una posición complicada, ocupando el décimo puesto en la clasificación con un balance de nueve victorias y ocho derrotas. La falta de acierto en momentos clave ha sido un factor determinante que ha lastrado las opciones del equipo catalán a lo largo del encuentro.
El encuentro comenzó con un mal inicio para el Barcelona, que se vio rápidamente superado por un Virtus que mostró una gran intensidad defensiva y que encontró en Cordinier a su máximo anotador en los primeros compases del partido. El primer cuarto terminó con un claro 23-15 a favor de los italianos, lo que reflejaba la dificultad del Barcelona para encontrar su ritmo ofensivo. A pesar de que el Virtus tuvo un pobre porcentaje en tiros de tres puntos, el Barcelona no pudo aprovechar esta debilidad y se vio obligado a luchar por mantenerse en el partido.
A medida que avanzaba el encuentro, el Barcelona logró equilibrar el marcador gracias a una reacción en el segundo cuarto, donde se acercó a solo un punto al cierre de la primera mitad (35-34). Sin embargo, el equipo no logró mantener este impulso y, aunque mostró destellos de buen juego, no pudo concretar en momentos decisivos. La última jugada del encuentro, marcada por un error en el triple de Jabari Parker y una serie de decisiones desafortunadas en ataque, evidenció la fragilidad del equipo en situaciones de alta presión. Con esta derrota, el futuro del Barcelona en la competición se torna incierto, dejando a la afición con la esperanza de una pronta recuperación en los próximos encuentros.