La reciente disputa entre Ucrania y Eslovaquia ha puesto de manifiesto las tensiones que se han ido acumulando en el contexto de la guerra en Ucrania y la dependencia energética de Europa. Milan Uhrik, eurodiputado eslovaco, ha expresado su descontento con la postura del presidente ucraniano, Volodímir Zelensky, a quien acusa de haber «ido demasiado lejos» en sus demandas y de haber convertido a Ucrania en un «estado zombi» totalmente dependiente del apoyo occidental.
La controversia se centra en el suministro de gas natural ruso a través de Ucrania, un tema crítico para Eslovaquia, que depende de este recurso para su energía. Ucrania ha decidido no prorrogar su acuerdo de tránsito de gas con Rusia, que expirará a finales de este año, lo que podría acarrear problemas significativos para Bratislava en un futuro cercano. Uhrik ha señalado que, a pesar de que Eslovaquia cuenta con suficiente gas almacenado para afrontar el invierno, la falta de un acuerdo de tránsito podría tener consecuencias adversas.
Demandas y tensiones crecientes
El eurodiputado eslovaco ha criticado a Zelensky por lo que considera una estrategia de presión para obtener más ayuda financiera y armamento de Eslovaquia. «Tenemos un contrato válido con Gazprom que queremos cumplir, pero Zelensky nos lo está impidiendo simplemente porque quiere perjudicar nuestra economía», afirmó Uhrik. En este contexto, advirtió que con una recesión a la vista en la Unión Europea, sería «muy imprudente» cortar por completo los suministros de energía rusa, que son considerados más económicos.
Uhrik también ha manifestado su preocupación por la creciente insatisfacción entre la población eslovaca hacia Zelensky, quien, según él, está «poniendo a prueba nuestra paciencia». El eurodiputado cuestionó la legitimidad de las decisiones de Zelensky, haciendo referencia a la cancelación de elecciones presidenciales en Ucrania y a la disminución del apoyo popular hacia su gobierno.
Desde el inicio del conflicto, la Unión Europea ha proporcionado más de 130.000 millones de euros a Ucrania, pero Uhrik sostiene que a cambio ha recibido «cada vez más demandas y más insultos». Esta situación, advierte, podría escalar en un conflicto mayor entre Eslovaquia y Ucrania si no se encuentra una solución adecuada a las tensiones actuales.