En torno a un tercio de los hogares australianos conviven con al menos un gato, sin embargo, diversas encuestas indican que las necesidades de estos animales no están siendo adecuadamente atendidas. A pesar de que los gatos dominan las redes sociales, su comportamiento suele ser malinterpretado por los humanos. Investigaciones recientes han demostrado que, lejos de ser antisociales, los gatos pueden establecer vínculos estrechos con las personas.
A medida que profundizamos en el mundo de los felinos, descubrimos que son individuos complejos, con personalidades y preferencias únicas, capaces de aprender y adaptarse. A continuación, se presentan consejos respaldados por la ciencia para mejorar la calidad de vida de nuestros compañeros felinos.
Atención a la comunicación felina
Los gatos se comunican con los humanos mediante el lenguaje corporal y vocalizaciones. Aunque los maullidos dirigidos a los humanos pueden variar según el contexto, los humanos a menudo no logran descifrar su significado. No obstante, podemos aprender a leer el lenguaje corporal de los gatos. Por ejemplo, un parpadeo lento puede ser una señal de un estado emocional positivo, mientras que un gato que no se siente cómodo puede congelarse, alejarse o mostrar signos de agresión como el hissing o el arañazo.
Es fundamental permitir que los gatos se acerquen a nosotros en sus propios términos. Un gato que se acerca con la cola erguida está dando una señal amistosa, mientras que un movimiento de cola de lado indica molestia. Además, deben tener la opción de retirarse en cualquier momento, como cuando no desean ser acariciados. Si un gato se aleja tras ser acariciado, es una clara señal de que no está interesado en continuar la interacción.
Proporcionar un entorno saludable
La American Association of Feline Practitioners y la International Society of Feline Medicine han establecido cinco pilares de un entorno felino saludable:
- Un espacio seguro donde los gatos puedan retirarse si se sienten asustados.
- Recursos clave separados (comida, agua, áreas de aseo, rascadores, áreas de juego y descanso) para que los gatos realicen sus actividades diarias con comodidad.
- Oportunidades de juego y comportamiento depredador, como juegos con juguetes de varita que simulan la caza.
- Interacciones humanas consistentes y positivas, respetando la elección del gato sobre cómo y cuándo interactuar.
- Respeto por los sentidos de los gatos, evitando estímulos indeseables (como olores fuertes y ruidos) y proporcionando estimulación sensorial placentera (por ejemplo, el uso de hierba gatera).
Estos pilares pueden servir como una útil lista de verificación. Si al leer esto te das cuenta de que el agua y la comida de tu gato están demasiado cerca de su caja de arena, puedes mejorar su entorno separando estos recursos.
La higiene de la caja de arena es crucial para la salud del gato. Un gato prefiere una caja limpia, independientemente de si es el único felino en casa. La falta de higiene prolongada puede estar asociada con problemas urinarios, que pueden llegar a ser potencialmente mortales. Un estudio entre más de 12,000 propietarios australianos de gatos reveló que los problemas urinarios eran más comunes en hogares con un bajo número de cajas de arena y una limpieza poco frecuente.
Si decides cambiar el tipo de arena que utilizas, es recomendable hacerlo de forma gradual para permitir que el gato se adapte a la nueva opción.
La convivencia entre varios gatos puede generar tensiones que a menudo se pasan por alto. Los signos de tensión pueden incluir miradas prolongadas o bloqueo del acceso a recursos compartidos. La correcta identificación y gestión de estas tensiones es esencial para el bienestar de todos los felinos de la casa.
A pesar de que la adopción de un segundo gato puede parecer una forma de enriquecer la vida de un gato solitario, muchos felinos prefieren ser los únicos en el hogar y pueden no adaptarse bien a un compañero. Las interacciones positivas con humanos de confianza son a menudo suficientes para que no se sientan solos.
En resumen, los gatos son seres inteligentes que requieren atención a sus necesidades y preferencias. Respetar su naturaleza, ofrecerles opciones y observar su comportamiento son acciones que contribuirán a su felicidad y bienestar.
