Las autoridades rusas han arrestado a siete personas, entre ellas tres menores de edad, acusadas de participar en un complot para asesinar al director ejecutivo de una empresa de defensa en la región de Moscú. La noticia fue confirmada por el Comité de Investigación de Rusia, que detalló que los arrestos se produjeron tras una investigación que se extendió durante los últimos dos meses.
Todos los detenidos son ciudadanos rusos que, según las autoridades, fueron reclutados a través de aplicaciones de mensajería. La Seguridad Federal de Rusia (FSB) ha indicado que los supuestos cerebros del plan operaban en coordinación con los servicios de inteligencia ucranianos.
De acuerdo con la FSB, los sospechosos habían colaborado previamente con Kiev en la operación ilegal de «sim boxes», dispositivos de comunicación que permiten el uso de múltiples tarjetas SIM y que son comúnmente empleados en estafas y otras actividades delictivas. Además, se les acusa de ayudar a blanquear los beneficios obtenidos de estas actividades criminales.
Detalles del complot y su desarticulación
El plan de asesinato se inició con la vigilancia del vehículo del objetivo, tarea que fue llevada a cabo por los tres adolescentes involucrados. Posteriormente, se procedió a la fabricación de un artefacto explosivo improvisado (IED), que fue colocado bajo el automóvil del ejecutivo. Las autoridades afirmaron que la bomba habría detonado si no hubiera sido desactivada a tiempo.
Las imágenes divulgadas junto con las declaraciones oficiales muestran tanto el artefacto explosivo como los dispositivos de «sim box» que fueron encontrados tras la detención de los organizadores del complot, quienes supuestamente operaban desde las regiones de Sverdlovsk y Perm.
Según el Comité de Investigación, a los cómplices se les ofreció una recompensa de al menos un millón de rublos (aproximadamente 10,000 dólares) por su participación. Sin embargo, en un video, uno de los presuntos autores del atentado afirmó que se le prometió la mitad de esa cantidad y que nunca recibió el pago correspondiente.
Las autoridades rusas no han revelado la identidad del objetivo del complot, limitándose a señalar que se trata de un alto cargo de una importante oficina de diseño y construcción militar en la región de Moscú.
Este incidente se produce en un contexto de creciente tensión entre Rusia y Ucrania, acentuada por el reciente asesinato del general Igor Kirillov, jefe de las Fuerzas de Protección Radiológica, Química y Biológica de Rusia, quien, según las investigaciones, fue víctima de un complot similar orquestado por la inteligencia ucraniana. Un sospechoso ha sido identificado y detenido en relación con este caso.