El desafío del e-waste en la era de la inteligencia artificial generativa
Un equipo de investigadores del Instituto de Medio Ambiente Urbano de la Academia China de Ciencias, en colaboración con un colega de la Universidad Reichman en Israel, ha realizado un estudio que estima la cantidad de residuos electrónicos (e-waste) que se generará en los próximos años como resultado de la implementación de aplicaciones de inteligencia artificial generativa. Publicado en la revista *Nature Computational Science*, el estudio se centra en la acumulación de circuitos, baterías y otros componentes de hardware electrónico que, al llegar al final de su vida útil, se convierten en desechos.
A medida que aplicaciones de inteligencia artificial generativa como ChatGPT han proliferado, uno de los aspectos menos considerados de su auge es el hardware necesario para su funcionamiento. Estas aplicaciones requieren unidades de procesamiento gráfico (GPUs) especializadas, que suelen estar integradas en centros de datos y granjas de servidores. La demanda de estas tecnologías, que son intensivas en recursos y energía, ha llevado a la creación de grandes almacenes de baterías para garantizar su funcionamiento en caso de interrupciones.
Los investigadores han desarrollado un modelo informático para estimar la cantidad total de e-waste que se generará entre ahora y 2030. Su análisis sugiere que el sector de la inteligencia artificial podría producir entre 1,2 y 5 millones de toneladas de e-waste para finales de esta década, con una producción anual que podría aumentar de 2.600 toneladas en 2023 a 2,5 millones de toneladas anuales al final del periodo mencionado. Sin embargo, los autores del estudio advierten que estas enormes cantidades de residuos podrían evitarse si la industria adoptara un enfoque de economía circular, promoviendo el reciclaje del hardware utilizado.