El Rey Felipe VI ha mantenido su tradición de dirigirse a los españoles en la Nochebuena a través de un discurso que refleja tanto la actualidad del país como la empatía hacia las situaciones difíciles que enfrentan algunos ciudadanos. En esta ocasión, el monarca comenzó su intervención expresando su solidaridad con las víctimas de la DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos), que ha causado estragos en diversas comunidades. La imagen que acompañaba su mensaje, en la que se aprecia a voluntarios y vecinos trabajando en la limpieza de las calles, subraya la importancia de la colaboración y el apoyo mutuo en momentos de crisis.
El discurso se centró en la necesidad de aprender de las adversidades para fortalecer el tejido social. Felipe VI destacó la labor de quienes han participado en las labores de recuperación, incluyendo a vecinos, miembros de las Fuerzas Armadas, cuerpos de seguridad y diversas ONG’s. Reconoció la «frustración y dolor» que sienten muchos afectados, enfatizando que la empatía y el entendimiento son fundamentales para avanzar como sociedad. Asimismo, hizo hincapié en la importancia de un «espacio compartido» que promueva el bien común, un principio que debería guiar tanto el discurso público como las decisiones políticas.
En un análisis más amplio de la realidad actual, el Rey abordó cuestiones que preocupan a la población, tales como la inestabilidad internacional, el acceso a la vivienda y la gestión de la inmigración. En relación a este último punto, hizo un llamado a un mayor esfuerzo de integración y a la lucha contra las mafias que traficaban con personas. Además, instó a facilitar el acceso a la vivienda, especialmente para los jóvenes y aquellos en situaciones más vulnerables. En su alocución, no olvidó subrayar la relevancia de Europa como parte esencial de la identidad compartida de los españoles y la necesidad de preservar los valores democráticos y sociales que la sustentan.