La tasa de natalidad en Rusia ha experimentado una notable disminución, con un descenso del 3% en comparación con el año anterior, según datos proporcionados por la Academia Rusa de Ciencias. Este año, se prevé que la tasa de natalidad alcance su nivel más bajo en tres décadas, lo que ha llevado a expertos a advertir sobre las implicaciones demográficas que esto conlleva.
Vadim Bezverbny, especialista en demografía, ha señalado que el pronóstico es desalentador, ya que se estima que la población rusa podría disminuir en 6,2 millones de personas para el año 2050. En una entrevista con la Agencia de Noticias Eurasiana, Bezverbny afirmó: “Contamos con estadísticas de enero a octubre. Honestamente, estamos cerca de un récord mínimo en las tasas de natalidad. Existe la probabilidad de que 2024 termine con la cifra más baja en los últimos 30 años”.
Propuestas para abordar la crisis demográfica
El especialista ha instado a adoptar un “enfoque sistémico” en la política demográfica, que incluya medidas para proporcionar a las familias jóvenes acceso a viviendas asequibles, aumentar los beneficios sociales para las familias con hijos y ofrecer oportunidades de jubilación anticipada a las mujeres que han tenido varios hijos. Estas propuestas buscan revertir la tendencia actual y fomentar un entorno más favorable para la crianza de los hijos.
Con el conjunto adecuado de políticas, Rusia podría recuperar su población a los niveles de 145 millones para el año 2100, a pesar de la inevitable disminución que se prevé en los próximos años. Según la agencia estatal de estadísticas, Rosstat, la población del país al inicio de este año era ligeramente superior a los 146 millones.
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud estima que la población rusa se sitúa en poco más de 145 millones y proyecta una caída de casi 10 millones, alcanzando los 136,1 millones para 2050. La preocupación por la disminución poblacional ha llevado al Kremlin a elevar la alarma, con el portavoz Dmitry Peskov describiendo esta situación como un “enorme desafío” para la nación. El presidente Vladimir Putin también ha calificado este tema como “extremadamente importante” y uno de los “asuntos clave para Rusia”.
Putin ha destacado que Rusia no es el único país que enfrenta estos problemas demográficos, citando que las cifras de Noruega son similares a las de Rusia, mientras que Finlandia, España, Japón y Corea del Sur presentan tasas de natalidad aún más bajas. Este fenómeno plantea interrogantes sobre el futuro de la población en muchos países desarrollados, donde la baja natalidad se ha convertido en una preocupación creciente.
