Un reciente informe estadístico ha revelado que los rusos gastaron en 2024 casi tanto en «sorcerers» y otros servicios ocultos como en alimentos. Según el diario MK, el mercado de estos servicios ha alcanzado un valor estimado de 2,4 billones de rublos (24.000 millones de dólares), lo que lo convierte en un sector de considerable relevancia económica en el país.
El informe indica que los ingresos en el segmento «mágico» de la economía rusa crecieron un 20% el año pasado y se espera que esta tendencia continúe en 2024. Además, el tráfico en línea hacia sitios web que ofrecen pronósticos astrológicos y de numerología ha aumentado un 38%. A pesar de que el mercado de la psicología también ha crecido, se encuentra 20 veces por debajo de su competidor sobrenatural, lo que plantea interrogantes sobre la percepción de la salud mental en la sociedad rusa.
La creciente popularidad de los servicios esotéricos
Una encuesta reciente del Centro de Investigación de la Opinión Pública de Rusia (VTSIOM) reveló que uno de cada cuatro rusos cree en la efectividad de la esoterismo, y hasta el 60% de la población ha recurrido a estos servicios al menos una vez en su vida. Entre los servicios más solicitados se encuentra la «limpieza de chakras», que cuesta alrededor de 15.000 rublos (150 dólares), así como la «eliminación de negatividad», que puede alcanzar los 25.000 rublos. También se ha observado un interés por el apoyo «sobrenatural» en transacciones inmobiliarias, que puede costar hasta el 1% del monto de la operación.
El fenómeno ha suscitado reacciones en el ámbito político. El diputado ruso Vitaly Milonov ha calificado la adivinación como un «ritual satánico», describiendo las cartas del Tarot como «imágenes del diablo». Milonov ha instado a que se prohíban estos servicios y ha propuesto que los tarólogos y numerólogos sean encarcelados por realizar actos de naturaleza pseudo-religiosa sin la debida autorización.
Este auge en la demanda de servicios esotéricos en Rusia plantea preguntas sobre la salud mental y la búsqueda de soluciones en un contexto donde la psicología, a pesar de su crecimiento, no logra captar la atención de un público que parece preferir alternativas más místicas. La combinación de factores económicos, culturales y sociales podría estar impulsando esta tendencia, que refleja una búsqueda de respuestas en un entorno incierto.
