El 26 de diciembre de 1973, el cine vio el estreno de una de las películas más icónicas y controvertidas de la historia: El exorcista. Dirigida por William Friedkin y basada en la novela homónima de William Peter Blatty, este filme no solo marcó un hito en el género del terror, sino que se convirtió en un fenómeno cultural que aún resuena más de cinco décadas después.
La historia se centra en el caso de una joven poseída, Regan MacNeil, a quien su madre, Chris, interpretada por Ellen Burstyn, intenta salvar con la ayuda de dos sacerdotes, uno de ellos interpretado por Max von Sydow. Aunque la trama gira en torno a la lucha entre el bien y el mal, a menudo se pasa por alto la complejidad de los temas que aborda, como la fe, el dolor y la desesperación de una madre ante la pérdida de su hija.
El filme fue objeto de polémica desde su estreno, enfrentándose a protestas, censura e incluso prohibiciones en ciertas localidades. La reacción del público fue intensa; se reportaron desmayos y vómitos en las salas de cine, aunque lo que provocó la mayor parte de estas reacciones no fueron las escenas más conocidas, como el giro de cabeza de Regan o su célebre «camino de araña», sino una secuencia que mostraba una angiografía, considerada por algunos expertos como una representación realista del procedimiento médico.
A pesar de la controversia, El exorcista logró ser nominada a diez premios Oscar, convirtiéndose en la primera película de terror en recibir tal honor. Ganó dos estatuillas: Mejor Guion Adaptado y Mejor Sonido. Esta aclamación crítica cimentó su lugar en la historia del cine y la consolidó como un referente del terror psicológico.
La producción de la película estuvo marcada por una serie de infortunios que algunos consideraron una «maldición». Desde un incendio en el set hasta la muerte de varios actores durante la postproducción, estos eventos alimentaron aún más la leyenda en torno a la película. Sin embargo, la obra de Friedkin ha trascendido estas anécdotas, enfocándose en su impacto duradero en el cine y la cultura popular.
Más de 50 años después de su estreno, El exorcista sigue siendo objeto de análisis y discusión en el ámbito cinematográfico. La muerte de William Friedkin en 2023 reavivó el interés por su obra, y muchos consideran que este filme es un tributo a su legado. Más allá de los giros y los sustos, la película invita a una reflexión profunda sobre la lucha interna del ser humano y su relación con lo sobrenatural.
Así, en una época del año donde las tradiciones y las películas navideñas son protagonistas, El exorcista ofrece una alternativa provocadora para quienes buscan adentrarse en un relato que, a pesar de su temática oscura, resuena con la experiencia humana en su totalidad. Este filme no es solo una experiencia aterradora, sino también una exploración de la condición humana, que invita a la reflexión sobre el amor, la pérdida y la redención.
