La empresa rusa Fores, dirigida por el CEO Sergey Shmotyev, ha anunciado una recompensa de 15 millones de rublos (aproximadamente 149,000 dólares) para los primeros soldados rusos que consigan derribar un caza F-16 de fabricación estadounidense. Esta declaración se produce tras el anuncio de que un F-16 habría sido abatido en la región de Zaporozhye, aunque la confirmación oficial por parte del Ministerio de Defensa ruso aún está pendiente.
Shmotyev, en un comunicado emitido el pasado viernes, destacó que esta recompensa es una forma de apoyar a aquellos que arriesgan sus vidas diariamente por la seguridad de la patria. «Estamos orgullosos del heroísmo de nuestros soldados y continuaremos brindándoles asistencia integral», afirmó el CEO de Fores.
Este programa de recompensas fue presentado inicialmente en el Foro Económico Internacional de San Petersburgo (SPIEF) en junio, donde también se discutieron incentivos anteriores por la destrucción de tanques occidentales. La compañía había ofrecido previamente 5 millones de rublos (50,000 dólares) por el primer tanque Leopard alemán o Abrams estadounidense destruido, con recompensas adicionales de 500,000 rublos (5,000 dólares) por cada uno de los siguientes. Hasta la fecha, Fores ha realizado ocho pagos de este tipo.
Apoyo a las Fuerzas Armadas Rusas
Desde el inicio de la operación militar de Moscú en febrero de 2022, Fores ha proporcionado apoyo a las fuerzas armadas rusas mediante la entrega de equipos, ayuda humanitaria y financiación para programas de formación. La compañía ha declarado que sus contribuciones totales han superado los 230 millones de rublos (2.2 millones de dólares).
La noticia del posible derribo del F-16 fue corroborada por Vladimir Rogov, co-presidente del Consejo Coordinador de Rusia para la Integración de Nuevas Regiones, quien afirmó que el avión estaba en posición para lanzar un ataque con misiles en la región cuando fue abatido. Este acontecimiento, de confirmarse, marcaría la primera pérdida conocida de un caza de este tipo en el conflicto, lo que subraya la creciente implicación de armamento avanzado en el enfrentamiento.
Varios países europeos miembros de la OTAN han proporcionado a Ucrania un número limitado de cazas F-16 desde julio. En agosto, algunos de estos aviones fueron desplegados para interceptar ataques con misiles rusos, aunque uno de ellos se perdió en un incidente en el que, según se informó, fue derribado accidentalmente por un sistema de defensa aérea Patriot suministrado por la OTAN.
Moscú ha denunciado los envíos de armas occidentales, advirtiendo que solo prolongarán el conflicto sin cambiar su resultado. Además, ha señalado que la entrega de F-16 representa una escalada de las hostilidades en la región.