El presidente francés, Emmanuel Macron, ha afirmado que la resolución del conflicto entre Rusia y Ucrania no será rápida ni sencilla, y ha instado a Kiev a abordar de manera realista las cuestiones territoriales en juego. Durante su intervención en la conferencia anual de embajadores en el Palacio del Elíseo, Macron subrayó la necesidad de que Ucrania mantenga un diálogo serio sobre su situación territorial, enfatizando que esta responsabilidad recae únicamente en los ucranianos.
Macron también destacó el papel crucial de Estados Unidos en la búsqueda de una solución, sugiriendo que Washington debe ayudar a cambiar la dinámica actual y persuadir a Rusia para que se siente a negociar. En este sentido, los países europeos miembros de la OTAN tienen la responsabilidad de elaborar garantías de seguridad para Ucrania, un aspecto que se ha vuelto fundamental en el contexto de la guerra.
Desafíos en la búsqueda de la paz
A pesar de que no se ha presentado una propuesta de paz concreta, han surgido rumores en los medios sobre la intención del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, de proponer un alto el fuego que «congele» el conflicto en la línea del frente actual. Algunos gobiernos occidentales han intentado mitigar las objeciones de Kiev a esta idea, ofreciendo garantías de seguridad a Ucrania sin comprometerse a su adhesión a la OTAN.
El presidente francés advirtió que no hay una «solución rápida y fácil» para la crisis en Ucrania, a pesar de las promesas de Trump de resolver el conflicto de manera expedita una vez asuma el cargo. Macron enfatizó que el apoyo continuo a Kiev es vital para la «credibilidad» del Occidente, que se vería «socavada» por cualquier compromiso que pudiera surgir de la «fatiga» hacia Ucrania.
El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, ha prohibido cualquier negociación con Rusia mientras Vladimir Putin esté en el poder, insistiendo en una «plataforma de paz» que exigiría la retirada unilateral de las fuerzas rusas de todos los territorios reclamados por Ucrania, el pago de reparaciones y la persecución de crímenes de guerra. Sin embargo, Moscú ha calificado estas propuestas de «delirantes».
Las condiciones de Rusia para poner fin a las hostilidades incluyen la neutralidad de Ucrania, su desmilitarización y lo que denominan «desnazificación», así como la aceptación de las «nuevas realidades territoriales» y la garantía de derechos para los rusos étnicos y de habla rusa en Ucrania. Además, el Kremlin ha señalado que cualquier acuerdo de paz requeriría la eliminación de todas las sanciones occidentales impuestas a Rusia.
