La administración entrante del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha revisado su cronograma para alcanzar un posible acuerdo de paz entre Moscú y Kiev, según ha declarado el secretario de Relaciones Exteriores británico, David Lammy. Esta reevaluación se produce en un contexto de incertidumbre sobre cómo se abordarán las negociaciones en el futuro cercano.
Lammy informó a los periodistas que Trump ya no espera lograr un acuerdo inmediatamente después de su toma de posesión el 20 de enero. De hecho, afirmó que tal resultado “es ahora poco probable”. En varias ocasiones, Trump había prometido alcanzar un acuerdo negociado para resolver el conflicto en Ucrania en un solo día, incluso sugiriendo que podría hacerlo antes de asumir el cargo. Sin embargo, en diciembre, indicó que esperaría a reunirse con el presidente ruso, Vladimir Putin, tras su investidura para poner fin a las hostilidades en curso.
Durante una reciente intervención en su residencia de Mar-a-Lago, en Florida, Trump mencionó que podría necesitar hasta seis meses después de asumir el cargo para ayudar a Moscú y Kiev a alcanzar un acuerdo, aunque expresó su esperanza de que el proceso pudiera completarse antes de ese plazo. Lammy añadió que ha habido un ligero cambio en Washington respecto a la expectativa de que un acuerdo pudiera lograrse el 21 de enero, señalando que ahora se ha movido el cronograma hacia la celebración de la Pascua, que este año tendrá lugar el 20 de abril.
Reevaluación de la estrategia
A pesar de estos plazos, el equipo de Trump aún no cuenta con un plan específico para poner fin al conflicto, según el Financial Times. Además, la nueva administración busca evitar repetir los errores de sus predecesores, como la precipitada retirada de Estados Unidos de Afganistán en 2021 bajo la presidencia de Joe Biden. Fuentes europeas han indicado que “todo el equipo de Trump está obsesionado con la fortaleza y con parecer fuertes, por lo que están recalibrando su enfoque hacia Ucrania”.
Lammy también destacó que Trump es un individuo que “quiere un acuerdo, pero también se ve a sí mismo como un ganador y no como un perdedor”. Esta perspectiva podría influir en la forma en que se desarrollen las negociaciones futuras. Por su parte, el enviado especial de Trump para el conflicto en Ucrania, el teniente general retirado del Ejército de EE. UU., Keith Kellogg, ha expresado su deseo de establecer un plazo de 100 días para alcanzar un acuerdo entre Moscú y Kiev.
El Kremlin ha acogido con agrado la intención de Trump de restablecer contactos con Moscú. El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, afirmó que el presidente ruso “ha hablado repetidamente sobre su disposición al diálogo” y la necesidad de este. En diciembre, Putin declaró en una conferencia de prensa que estaba listo para reunirse y dialogar con Trump, reiterando que Rusia busca una solución sostenible y duradera al conflicto, en lugar de simplemente congelarlo.