Los incendios forestales en Los Ángeles: una crisis anunciada
Los recientes incendios forestales en el área de Los Ángeles representan un escenario devastador. La combinación de vientos fuertes, conocidos como vientos de Santa Ana, y meses sin lluvias significativas ha creado condiciones propicias para la propagación de llamas. Este fenómeno no es una sorpresa para los expertos, quienes han señalado que las advertencias sobre el riesgo de incendios en la región han sido constantes. Char Miller, profesor de análisis ambiental y historia en el Pomona College, afirma que esta situación era «totalmente previsible».
Las llamas han obligado a la evacuación de casi 180,000 personas y han dejado sin electricidad a cerca de medio millón de hogares. Además, miles de viviendas han sido consumidas por el fuego. Miller subraya que el desarrollo de viviendas en zonas de alto riesgo ha sido continuado a pesar de los peligros conocidos, lo que ha incrementado la vulnerabilidad de estas áreas. En este sentido, Los Ángeles se encuentra en una de las zonas más amenazadas por incendios en Estados Unidos, con un riesgo que supera al de 99% de los condados del país, según un análisis federal.
La geografía de la región, que combina suburbios con colinas propensas a incendios, junto con la falta de preparación ante desastres de esta magnitud, ha complicado la lucha contra el fuego. La expansión urbana en los alrededores de áreas forestales ha hecho que el fuego salte fácilmente de un hogar a otro, aumentando la destrucción. A pesar de las inversiones en programas para reducir el riesgo de incendios y la extensión de la temporada de dotación de recursos para combatirlos, los expertos advierten que la combinación de sequía y vientos intensos crea un cóctel peligroso. Los incendios son ahora una amenaza constante, lo que pone de relieve la urgente necesidad de abordar la planificación urbana y la gestión del riesgo en un contexto de cambio climático.
