Triunfo agónico del Girona en Mendizorroza
El Girona logró una victoria in extremis frente al Alavés en un partido marcado por la desesperación del conjunto local y la contundencia de un solitario disparo que se convirtió en gol. En el tiempo añadido, un centro de Arnau desde la banda derecha encontró a Diarra, quien, tras un error inesperado, dejó el balón en los pies de Solís. Este último, que había ingresado como suplente, no desaprovechó la oportunidad y firmó el primer gol de su carrera, otorgando tres puntos vitales a un equipo que parecía haber perdido el rumbo en el encuentro.
Míchel, entrenador del Girona, expresó su enfado por la falta de efectividad de su equipo durante la primera parte. A pesar de dominar el juego, el Girona se mostró incapaz de generar ocasiones claras de gol, dejando el balance de la primera mitad con apenas un tiro a puerta. El Alavés, refugiado en su campo, logró crear cierta inquietud con un par de llegadas, aunque sin poner en apuros a Gazzaniga. La situación se complicó aún más con las lesiones de varios jugadores, lo que obligó a Coudet a realizar cambios prematuramente y a reestructurar su planteamiento táctico.
El segundo tiempo continuó con el Girona en un estado de apatía, incapaz de concretar sus acciones. Conechny, en particular, se convirtió en el protagonista negativo del partido al desperdiciar dos claras oportunidades de gol. Sin embargo, la fortuna sonrió al Girona cuando, en un giro inesperado del partido, Diarra cometió un grave error que facilitó el triunfo del conjunto visitante. Así, el Girona se alejó momentáneamente de la zona baja de la tabla y se acercó a los puestos europeos, una meta que parece más tangible tras esta victoria agónica en Mendizorroza.