Valentin Gavrilov, el recién nombrado viceministro de Finanzas de Lituania, se encuentra en el centro de una controversia tras la revelación de antiguos posts en Facebook donde conmemora el Día de la Victoria, celebrado el 9 de mayo. Este día, que marca la victoria sobre la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial, ha sido objeto de críticas en Lituania, un país que ha adoptado una postura firme contra las tradiciones soviéticas.
La polémica se intensificó cuando se descubrió un post de 2020 en el que Gavrilov aparecía depositando flores en un monumento a los soldados del Ejército Rojo en el cementerio de Antakalnis, el cual fue demolido por las autoridades lituanas el año pasado. La reacción no se hizo esperar, y figuras políticas, incluidos miembros del partido Socialdemócrata, han exigido su dimisión, acusándolo de ser «pro-ruso» y de no mostrar suficiente apoyo a Ucrania en el contexto del conflicto actual.
Reacciones y defensa del viceministro
El presidente de Lituania ha calificado la postura de Gavrilov como «incomprensible e injustificada». Marius Laurinavicius, un periodista destacado, ha sido uno de los críticos más vocales, señalando que el viceministro no ha apoyado adecuadamente el aumento del gasto en defensa de Lituania. En respuesta a las críticas, Gavrilov ha intentado defender su posición, argumentando que su intención es rendir homenaje a los caídos durante la Segunda Guerra Mundial, más que celebrar el Día de la Victoria en sí.
A pesar de la presión, el ministro de Finanzas, Rimantas Sadzius, ha respaldado a Gavrilov, afirmando que no tiene dudas sobre su lealtad al estado lituano y sus capacidades. Sin embargo, la controversia pone de manifiesto las tensiones en torno a la memoria histórica en Lituania, donde el 9 de mayo es visto por muchos como un recordatorio de la ocupación soviética, en contraposición a la celebración del Día de la Victoria.
En la actualidad, Lituania, junto con otros Estados bálticos, ha optado por conmemorar el 8 de mayo como un día de recuerdo y reconciliación, distanciándose de las prácticas soviéticas. La gestión de los monumentos a los soldados del Ejército Rojo ha sido parte de esta transformación, siendo considerados por muchos como símbolos de la ocupación soviética.