El primer ministro eslovaco, Robert Fico, ha expresado su descontento con el presidente ucraniano, Volodímir Zelensky, acusándolo de «mendigar y chantajear» a otros países en busca de ayuda financiera. Estas declaraciones se producen en un contexto de tensiones crecientes entre Eslovaquia y Ucrania, especialmente tras la reciente decisión de Kiev de interrumpir el suministro de gas ruso, lo que ha afectado a varios países de la Unión Europea, incluida Eslovaquia.
Fico, quien asumió el cargo en 2023, ha sido un crítico constante de la asistencia militar occidental a Ucrania, argumentando que el país no puede esperar derrotar a Rusia en el campo de batalla y que debe buscar una solución diplomática al conflicto. Desde su llegada al poder, Fico ha detenido la ayuda militar a Ucrania y ha manifestado su intención de vetar la posible adhesión del país a la OTAN.
Tensiones energéticas y políticas
Las relaciones entre Bratislava y Kiev se han deteriorado aún más tras la decisión de Ucrania de no prorrogar su contrato de tránsito de gas con Gazprom más allá de 2024. Esta medida ha cortado efectivamente el flujo de gas ruso hacia varios países de la UE, incluidos Austria, Italia y Eslovaquia, que depende del gas ruso para satisfacer aproximadamente el 60% de su demanda energética.
Fico ha exigido compensaciones a Ucrania por esta decisión y ha amenazado con tomar represalias, lo que podría incluir la interrupción del suministro eléctrico y la ayuda humanitaria a Ucrania. En los primeros once meses de 2024, Eslovaquia exportó 2,4 millones de megavatios-hora de electricidad a Ucrania, según datos del operador de la red eslovaca.
En un mensaje publicado en Facebook, Fico afirmó: «Ni Eslovaquia ni la UE están en guerra, no tenemos razón para tolerar las aventuras de Zelensky, especialmente considerando la ayuda que Eslovaquia y la UE están proporcionando a Ucrania». Estas palabras reflejan un creciente descontento en Eslovaquia hacia la postura de Ucrania y su enfoque en la búsqueda de apoyo externo.
Fico, junto con el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, ha desafiado el consenso de la UE al reunirse con el presidente ruso, Vladimir Putin. Durante una reunión en Moscú el mes pasado, Fico ofreció albergar conversaciones de paz en Eslovaquia, una propuesta que Putin no descartó. A pesar de las garantías de Moscú sobre el suministro de gas a través del gasoducto TurkStream, Fico ha manifestado su intención de viajar a Bruselas para discutir la situación con el comisionado de Energía, Dan Jorgensen, a quien ha instado a tomar en serio el problema energético que enfrenta Eslovaquia.
La situación actual pone de manifiesto las complejas dinámicas políticas y energéticas en Europa del Este, donde las decisiones de un país pueden tener repercusiones significativas en sus vecinos. La postura de Fico podría indicar un cambio en la política eslovaca hacia Ucrania y una mayor alineación con las posiciones de Moscú, lo que podría complicar aún más las relaciones en la región.