Veinticinco años después de su fundación, Blue Origin, la empresa de exploración espacial de Jeff Bezos, se prepara para su primer vuelo orbital con el cohete New Glenn. Este lanzamiento, que tendrá lugar el domingo, representa una apuesta significativa en la carrera espacial comercial, donde el magnate busca desafiar el dominio de SpaceX, la compañía de Elon Musk.
El New Glenn, cuyo nombre rinde homenaje al legendario astronauta John Glenn, se erige a 98 metros de altura, equivalente a un edificio de 32 plantas, y despegará desde la Estación Espacial de la Fuerza Aérea en Cabo Cañaveral, Florida. Dave Limp, CEO de la compañía, ha compartido su entusiasmo en redes sociales, destacando el imponente aspecto del cohete.
La misión, denominada NG-1, busca no solo alcanzar la órbita terrestre, sino también competir directamente con SpaceX, que ha dominado el mercado de lanzamientos orbitales con sus cohetes Falcon 9 y Falcon Heavy. Estos cohetes son utilizados por el sector comercial, el Pentágono y la NASA, desempeñando un papel fundamental en el transporte de astronautas hacia y desde la Estación Espacial Internacional.
Intento de aterrizaje y objetivos de la misión
Si todo sale según lo planeado, poco después del lanzamiento, Blue Origin intentará aterrizar el cohete en una plataforma flotante llamada Jacklyn, en honor a la madre de Bezos, situada a aproximadamente 1.000 kilómetros en el océano Atlántico. A diferencia de SpaceX, que ha hecho de estos aterrizajes un espectáculo casi rutinario, este será el primer intento de Blue Origin de realizar un aterrizaje en alta mar.
En la parte superior del cohete, se llevará un prototipo de nave espacial financiado por el Departamento de Defensa, conocido como Blue Ring, que permanecerá en vuelo durante aproximadamente seis horas. Limp ha subrayado que, aunque alcanzar la órbita es el objetivo principal, recuperar el cohete sería un «bonus» bienvenido.
El New Glenn, que supera en tamaño al Falcon 9 de SpaceX, está diseñado para cargas más pesadas y ofrece una mayor capacidad de carga volumétrica gracias a su diseño. Blue Origin ya ha asegurado contratos con la NASA para lanzar dos sondas hacia Marte y apoyará el despliegue del Proyecto Kuiper, una constelación de satélites de internet que competirá con Starlink de SpaceX.
A pesar de los ambiciosos planes de Bezos, SpaceX mantiene una ventaja considerable en el sector. Bezos y Musk comparten una pasión de toda la vida por el espacio, pero los enfoques de ambos son notablemente diferentes. Mientras Musk sueña con la colonización de Marte, Bezos tiene la visión de trasladar la industria pesada fuera del planeta hacia plataformas espaciales flotantes, con el objetivo de preservar la Tierra, a la que se refiere como «el origen azul de la humanidad».
Desde su fundación en 2000, Blue Origin ha adoptado un enfoque más cauteloso en comparación con el estilo de «fallar rápido, aprender rápido» de Musk. Esta lentitud ha suscitado cierta impaciencia en la comunidad espacial, aunque los analistas sugieren que el éxito del New Glenn podría proporcionar una valiosa alternativa al sistema actual de lanzamientos, ofreciendo una redundancia que el gobierno de Estados Unidos podría considerar estratégica.
Bezos, a pesar de ser un competidor de Musk, ha intentado forjar relaciones con la administración, lo que ha generado especulaciones sobre posibles conflictos de interés, especialmente en un momento en que figuras cercanas a Musk están asumiendo roles clave en la NASA. Sin embargo, el enfoque de Bezos en la colaboración y el desarrollo sostenido podría posicionarlo como un actor clave en la próxima era de la exploración espacial.
