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Una barcaza única en Túnez rehabilita tortugas marinas en su hábitat natural

In Sin categoría
enero 12, 2025

En una barcaza ubicada a cientos de metros de las Islas Kerkennah, en el sur de Túnez, un grupo de estudiantes observa atentamente cómo Besma, una tortuga marina en proceso de recuperación, se acerca al agua y se sumerge. Esta instalación flotante, que trata a tortugas boba heridas, se presenta como el primer centro de rehabilitación de este tipo en el Mediterráneo, según sus organizadores.

La barcaza cuenta con recintos netados bajo el agua, lo que permite a estas especies amenazadas recibir atención en un entorno que simula su hábitat natural. Hamed Mallat, biólogo marino y responsable del proyecto financiado por la ONU, subraya la importancia de que las tortugas marinas se recuperen en su entorno natural. «Las colocamos en un espacio lo suficientemente grande para que puedan moverse y alimentarse con mayor comodidad», explica Mallat.

Este proyecto, fundado el mes pasado por Mallat, es una iniciativa de la Asociación Kraten para el Desarrollo Sostenible y la Sociedad Internacional de Tortugas Marinas. La barcaza, que fue remodelada a partir de una jaula de acuicultura hundida, puede albergar hasta cinco tortugas en recintos individuales y ocupa una superficie de 150 metros cuadrados, con red superior para permitir que los animales en recuperación alcancen el fondo marino.

La tortuga boba, conocida científicamente como Caretta caretta, es considerada una especie vulnerable por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Cada año, alrededor de 10,000 ejemplares son atrapados por barcos pesqueros en las aguas cercanas a Túnez.

Un enfoque educativo

El proyecto Life Medturtles, financiado por la UE, estima que más del 70% de las muertes de tortugas marinas en el Mediterráneo son causadas por redes de enmalle, utilizadas en la pesca masiva. A menudo, son los propios pescadores quienes llevan las tortugas heridas a la barcaza, lo que demuestra una creciente conciencia sobre la conservación marina.

Además, esta iniciativa ofrece una oportunidad para educar a las generaciones más jóvenes sobre la preservación de la vida marina. Sarah Gharbi, estudiante de pesca y medio ambiente en el Instituto Agronómico Nacional de Túnez, destaca que esta experiencia es una aplicación directa de lo que estudian. «Es una interacción con especies marinas que normalmente no vemos como parte de nuestro estudio o en nuestros laboratorios. Es algo nuevo y enriquecedor», comenta.

Su profesora, Rimel Ben Messaoud, enfatiza el «valor educativo» de la barcaza al proporcionar a los estudiantes una experiencia directa en la conservación de la vida marina. Debido al aumento de las temperaturas del mar, la sobrepesca y la contaminación, varias especies marinas han visto alteradas sus rutas migratorias y hábitats a lo largo del tiempo. Mallat señala que el proyecto puede ayudar a estudiar esos patrones, particularmente entre las tortugas bobas, a las que se les coloca un dispositivo de seguimiento para facilitar el monitoreo científico, un aspecto que ha estado algo descuidado en la investigación científica en Túnez.

Además, Mallat espera atraer a los turistas estivales que visitan las islas para aumentar la concienciación sobre esta especie vulnerable y su conservación.

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