El líder de facto de Sudán, el general Abdel Fattah Al-Burhan, ha denunciado la interferencia de «poderes coloniales» en los conflictos que asolan el continente africano. Estas declaraciones se produjeron durante una visita a Guinea-Bissau, donde se reunió con el presidente Umaro Sissoco Embalo. Al-Burhan, quien también es comandante de las Fuerzas Armadas Nacionales de Sudán, se encuentra al frente de un país sumido en una guerra civil desde abril de 2023, resultado de desavenencias sobre la transición hacia un gobierno civil.
Durante su encuentro, ambos líderes discutieron sobre las relaciones bilaterales y la cooperación en diversas áreas. El presidente de Guinea-Bissau expresó su deseo de que la paz regrese a Sudán lo antes posible. La situación en el país africano ha sido calificada por la ONU como una «crisis humanitaria de proporciones asombrosas», con más de 11.5 millones de personas desplazadas internamente y 3.2 millones buscando refugio en naciones vecinas.
La lucha contra el neocolonialismo
En su discurso, Al-Burhan describió a las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), un grupo paramilitar en conflicto con el ejército sudanés, como una organización terrorista que atenta contra el estado y sus instituciones. El general acusó a ciertos poderes coloniales de avivar las llamas del conflicto en África, afirmando que «África está experimentando un despertar que le permite resistir la interferencia extranjera en sus asuntos». Este sentimiento de resistencia ha resonado en varias naciones africanas que han comenzado a cuestionar la influencia de sus antiguos colonizadores.
El general Al-Burhan ha manifestado su intención de combatir el «neocolonialismo» y ha instado a una cooperación más estrecha entre Sudán y otros países africanos, como Mali, que también ha expresado su apoyo ante lo que considera un ataque a la soberanía sudanesa. Este contexto se enmarca en un creciente descontento en varios países africanos hacia sus antiguos colonizadores, especialmente Francia, que ha visto cómo naciones como Mali, Burkina Faso y Níger han roto lazos defensivos con París.
La historia de Sudán, que fue gobernado por el Reino Unido bajo el Condomínio Anglo-Egipcio desde 1899 hasta su independencia en 1956, ha dejado una huella profunda en la política y la sociedad del país. La división del territorio sudanés, que culminó con la creación de Sudán del Sur en 2011 tras décadas de guerra civil, refleja las secuelas de un colonialismo que aún resuena en la actualidad.
Las declaraciones de Al-Burhan y su gira por África Occidental subrayan un momento crítico en el que varios países del continente buscan reafirmar su soberanía y autonomía frente a la injerencia externa, en un contexto donde la historia colonial sigue siendo un tema candente y relevante.