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Un estudio revela que los impuestos sobre la riqueza podrían incentivar el ahorro en lugar de desincentivarlo

In Sin categoría
enero 15, 2025

La propuesta de implementar un impuesto a la riqueza en Estados Unidos ha sido objeto de intensos debates. La senadora demócrata Elizabeth Warren ha propuesto un gravamen del 2% sobre bienes netos que superen los 50 millones de dólares y del 3% para aquellos que superen los mil millones. Sin embargo, este proyecto nunca ha llegado a votarse y ha enfrentado críticas que argumentan que podría reducir el Producto Interior Bruto (PIB) al desincentivar el ahorro.

Investigaciones recientes sobre el impuesto a la riqueza

Un nuevo estudio del Texas McCombs School of Business pone en tela de juicio la idea de que un impuesto a la riqueza desincentive el ahorro. Marius Ring, profesor asistente de finanzas, ha investigado los efectos reales de este tipo de impuesto en Noruega, uno de los pocos países que lo implementa actualmente. Sus hallazgos, publicados en la revista Review of Economic Studies, muestran resultados sorprendentes: el impuesto parece motivar a las personas a ahorrar más.

Según Ring, el impuesto a la riqueza no parece disminuir el ahorro de los individuos. “Gravar los ahorros de alguien no implica necesariamente que querrán ahorrar menos”, señala. En Noruega, se aplica un impuesto del 1% sobre las riquezas que superan los 160.000 coronas noruegas, afectando a aproximadamente el 15% de los contribuyentes. El estudio abarcó el período de 2005 a 2015 y se basó en diferencias geográficas en la aplicación del impuesto, correlacionando estos datos con información sobre ahorros familiares, características de la vivienda y precios de transacción.

  • Por cada corona noruega adicional pagada en impuestos sobre la riqueza, los hogares incrementaron sus ahorros netos en 3,76 coronas anualmente.
  • Este incremento en el ahorro se debía mayoritariamente a que las personas trabajaban más, en lugar de consumir menos.

Ring explica que las personas tienden a trabajar más porque no quieren recortar sus planes de consumo futuro. Este fenómeno, conocido como el efecto ingreso, sugiere que un aumento en los ingresos lleva a un aumento en el consumo. “Ajustar hacia abajo el consumo es desagradable”, afirma Ring. Si una persona tiene en mente adquirir una autocaravana para su jubilación, probablemente optará por ahorrar más trabajando más, en lugar de reducir su consumo actual.

Además, el estudio revela que los impuestos sobre la riqueza no afectan la asignación de las carteras de inversión. Aquellos con mayores cargas fiscales continúan destinando las mismas proporciones de su riqueza financiera al mercado de valores. Aunque Ring se centró principalmente en la clase media alta, entre el 85º y el 90º percentil de la distribución de riqueza, sostiene que los ultra-ricos podrían responder de manera similar. Si su objetivo es acumular más riqueza en lugar de gastarla, como podría ser la expansión de un imperio empresarial, podrían incluso aumentar sus ahorros.

Es importante destacar que el autor no está haciendo recomendaciones políticas a favor o en contra de un impuesto sobre la riqueza. Su investigación se limita a evaluar uno de los argumentos en contra de esta medida, mostrando que no siempre desincentiva el ahorro. Las implicaciones más amplias de sus hallazgos, según Ring, se relacionan con el diseño de un sistema fiscal ideal. Los economistas generalmente prefieren impuestos que generen menos distorsiones en el comportamiento de las personas.

Los hallazgos sugieren que un impuesto sobre la riqueza podría ser un tipo de impuesto menos distorsionador, al igual que otros impuestos sobre ahorros, como los impuestos sobre dividendos o ganancias de capital. “Mis hallazgos sugieren que un impuesto a la riqueza podría cumplir con este criterio”, concluye Ring, aunque no favorece necesariamente un impuesto a la riqueza sobre otros tipos de impuestos relacionados con los activos de los hogares.

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