Los Tornados de Fuego: Un Fenómeno Peligroso en los Incendios Forestales de California
Los bomberos en California se enfrentan a un desafío adicional durante la lucha contra los incendios forestales: la posibilidad de tornados de fuego. Este fenómeno, aunque raro, puede ser devastador, ya que los incendios generan su propio clima. Recientemente, el Servicio Nacional de Meteorología advirtió sobre una «situación particularmente peligrosa» debido a la combinación de vientos intensos y condiciones extremadamente secas, lo que podría provocar que cualquier nuevo incendio se expanda rápidamente. Aunque el aviso no menciona específicamente tornados, los meteorólogos consideran que son una posibilidad bajo estas condiciones extremas.
El término «tornado de fuego» puede abarcar diversas interpretaciones, ya que científicos, bomberos y el público general utilizan diferentes términos para describir fenómenos similares. Según el glosario del National Wildfire Coordinating Group, se define el «fire whirl» o remolino de fuego como un «vórtice giratorio de aire caliente y gases que asciende desde un incendio, transportando humo, escombros y llamas». Estos remolinos pueden alcanzar una intensidad comparable a la de un pequeño tornado, lo que subraya el peligro que representan. La profesora Leila Carvalho, experta en meteorología y climatología, explica que estos tornados se forman debido a un cambio en la presión y a la cizalladura del viento, así como por la interacción del calor generado por el fuego.
Los tornados de fuego tienen la capacidad de intensificar los incendios al absorber aire, creando un sendero de destrucción similar al de un tornado convencional. En 2018, uno de estos fenómenos, que abarcaba el tamaño de tres campos de fútbol, provocó la muerte de un bombero en un incendio devastador en el norte de California. Científicos han advertido que estos tornados pueden transportar brasas ardientes a largas distancias, lo que puede modificar el comportamiento del fuego y complicar aún más las labores de los equipos de emergencia. La interacción entre el viento, el humo y la topografía determina si se formará un tornado, lo que añade un nivel de incertidumbre y riesgo a la ya peligrosa labor de combatir incendios forestales.