Un fenómeno climático conocido como vórtice polar ha afectado a gran parte de Estados Unidos, incluyendo Florida, donde las temperaturas han descendido considerablemente. Este descenso ha llevado a la población de manatíes, que aún se recupera de un evento masivo de inanición ocurrido hace varios años, a buscar aguas más cálidas. Los manatíes, también conocidos como vacas marinas, son animales acuáticos que pueden medir hasta 3 metros de longitud y pesar hasta 544 kilogramos.
Además de las fuentes naturales de agua dulce, los manatíes encuentran un refugio en las aguas cálidas que emanan de las plantas de energía de la región. Este comportamiento se ha observado durante décadas y es parte de una ruta migratoria que las madres enseñan a sus crías. En Florida, existen áreas de observación pública cerca de varias plantas de energía, incluidas las de Riviera Beach, Fort Myers y Apollo Beach.
Manatee Lagoon y la conservación de la especie
Recientemente, decenas de manatíes se han congregado cerca de la planta de energía de Florida Power & Light en Riviera Beach, donde se inauguró el Manatee Lagoon en 2016. Esta instalación de 1.500 metros cuadrados es gratuita y abierta al público, y el próximo 1 de febrero se celebrará un evento familiar llamado ManateeFest. Rachel Shanker, gerente educativa de Manatee Lagoon, destaca la importancia de los manatíes como especie centinela, ya que su salud refleja el estado de los ecosistemas acuáticos.
Los manatíes son especialmente vulnerables a las bajas temperaturas, ya que pueden sufrir estrés por frío cuando las aguas descienden por debajo de 20 grados Celsius. Aunque las colisiones con embarcaciones representan la mayor amenaza provocada por el ser humano, el estrés por frío es el principal riesgo natural. Durante el proceso de generación de energía, las plantas de energía liberan agua limpia y caliente, lo que atrae a los manatíes en los meses más fríos. A pesar de que la planta utiliza agua del océano para su funcionamiento, se asegura que no se añaden productos químicos, manteniendo así el agua segura para la vida silvestre.
En 2024, se registraron 565 muertes de manatíes, una cifra similar a los 555 del año anterior. Sin embargo, estas cifras son significativamente más bajas en comparación con 2021, cuando se contabilizaron más de 1.100 muertes, principalmente por inanición. La disminución de las praderas de pasto marino debido a la contaminación ha sido un factor crítico en esta crisis de salud de la especie. El área de Indian River Lagoon, un ecosistema clave en Florida, ha sufrido severos problemas ambientales que han afectado la calidad del agua y, por ende, las praderas de pasto marino.
Las autoridades de vida silvestre de Florida han estado tomando medidas para mitigar las muertes de manatíes, incluso alimentándolos temporalmente con lechuga durante los inviernos más severos. Con el tiempo, las praderas de pasto marino han comenzado a recuperarse, lo que ha contribuido a una disminución en las muertes de manatíes. Sin embargo, los expertos advierten que aún se necesita estar alerta y llevar a cabo esfuerzos de conservación para proteger a esta especie amenazada.
Según el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de EE. UU., se han rechazado los intentos de varios grupos ambientales para reincorporar a los manatíes a la lista de especies en peligro de extinción. Aunque la población de manatíes en Florida está en recuperación, es fundamental que tanto las autoridades como la ciudadanía mantengan una vigilancia constante para asegurar el futuro de estos emblemáticos animales.
