En los últimos años, ha surgido un debate significativo en Estados Unidos sobre la prohibición del uso de teléfonos móviles en las escuelas. Este fenómeno ha ganado apoyo tanto en estados tradicionalmente republicanos como en aquellos de tendencia demócrata, uniendo a gobernadores con posturas ideológicas diametralmente opuestas. Desde Arkansas, donde la gobernadora republicana Sarah Huckabee Sanders ha propuesto una prohibición en su estado, hasta California, donde el gobernador demócrata Gavin Newsom también ha mostrado su apoyo a estas medidas, el movimiento ha cobrado fuerza.
En total, al menos ocho estados han implementado restricciones en el uso de teléfonos móviles en las escuelas, y se están considerando propuestas similares en varios otros estados. Esta tendencia responde a preocupaciones sobre el impacto que el tiempo frente a las pantallas tiene en la salud mental de los jóvenes y a las quejas de los docentes sobre las distracciones que estos dispositivos generan en el aula.
Motivos de la prohibición y su implementación
La preocupación por la salud mental de los estudiantes ha sido un motor clave en este movimiento. El cirujano general de EE. UU., Dr. Vivek Murthy, ha instado a que se establezcan momentos sin teléfonos en las escuelas, argumentando que es necesario proporcionar a los niños un respiro de las presiones de las redes sociales. Según el Centro Nacional de Estadísticas Educativas, el 77% de las escuelas prohíben el uso de teléfonos para fines no académicos. Sin embargo, este dato no refleja necesariamente que estas prohibiciones se estén aplicando de manera efectiva.
Las políticas adoptadas varían considerablemente entre los estados. Florida, por ejemplo, fue pionera al promulgar en 2023 una ley que prohíbe el uso de teléfonos durante el horario escolar y bloquea el acceso a redes sociales a través del Wi-Fi escolar. En California, se ha establecido una ley que exige que los casi 1,000 distritos escolares del estado elaboren sus propias políticas sobre el uso de teléfonos antes de julio de 2026.
A pesar de los beneficios que se esperan de estas prohibiciones, también han surgido voces en contra. Algunos padres argumentan que necesitan poder comunicarse con sus hijos en caso de emergencia, especialmente en el contexto de tiroteos escolares recientes, donde el acceso a un teléfono ha permitido a algunos estudiantes contactar a sus seres queridos. Sin embargo, los defensores de la prohibición apuntan que los teléfonos pueden convertirse en un riesgo en situaciones críticas, al distraer a los estudiantes o revelar su ubicación durante un evento de emergencia.
En este contexto, se observa que la discusión sobre la regulación del uso de teléfonos móviles en las escuelas no solo se centra en la tecnología, sino que también plantea cuestiones más amplias sobre la educación y la salud mental de los jóvenes en la era digital.
