Un nuevo estudio revela que el cambio climático está teniendo efectos contrastantes en los bosques costeros de Estados Unidos, donde el aumento del nivel del mar y la frecuencia de tormentas están alterando el crecimiento forestal. Esta investigación, publicada en la revista PLOS Climate, se basa en datos de crecimiento forestal recopilados durante la última década en diversas zonas costeras y de mayor altitud en el medio Atlántico, el sureste y la costa del Golfo.
Los investigadores, liderados por Marcelo Ardón, profesor asociado en la Universidad Estatal de Carolina del Norte, compararon áreas costeras situadas a menos de cinco metros sobre el nivel del mar con zonas interiores entre 30 y 50 metros de altitud. A pesar de que los bosques han experimentado una expansión en ambos entornos en los últimos diez años, se ha observado que las áreas costeras presentan un crecimiento de árboles significativamente menor y una mayor mortalidad en comparación con las zonas de mayor elevación.
Impacto de las tormentas en los bosques
Ardón expresó su sorpresa ante el hallazgo de que tanto las áreas de media como de baja altitud han visto un aumento en la superficie boscosa y en la biomasa forestal, lo cual podría atribuirse al abandono de tierras agrícolas. Sin embargo, subrayó que las áreas costeras, que están expuestas al aumento del nivel del mar, experimentan menos crecimiento general de biomasa que las zonas más elevadas.
Uno de los hallazgos más interesantes del estudio es la correlación positiva entre el crecimiento forestal y el aumento de tormentas costeras. A pesar de que estas tormentas provocan la muerte de numerosos árboles, el espacio despejado que dejan puede permitir que nuevas plantas crezcan. Ardón compara este fenómeno con las quemas controladas, una práctica en la que se utilizan incendios selectivos para reducir la densidad de la vegetación.
El estudio también utilizó datos del programa de Inventario y Análisis Forestal del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, que se distingue por su enfoque en la recolección manual de datos en el campo en lugar de depender de la monitorización satelital. Esto permitió a los investigadores analizar la capacidad de almacenamiento de carbono de los árboles derribados por las tormentas, un aspecto que el estudio destaca como crucial para futuras investigaciones.
Ardón enfatiza la necesidad de dedicar más tiempo a comprender el papel de la madera muerta, ya que se ha identificado una considerable cantidad de carbono en estos árboles, tanto en pie como en el suelo. Esta dimensión del cambio climático requiere una atención más profunda, en un contexto donde la conciencia sobre el impacto ambiental y la sostenibilidad se vuelve cada vez más urgente.
Más información:
Marcelo Ardón et al, Coastal carbon sentinels: A decade of forest change along the eastern shore of the US signals complex climate change dynamics, PLOS Climate (2025). DOI: 10.1371/journal.pclm.0000444
