El éxito rotundo de la novela It Ends With Us de Colleen Hoover llevó a la esperada adaptación cinematográfica protagonizada por Blake Lively y Justin Baldoni. La película, que se anticipaba como un fenómeno de éxito en BookTok, generó expectativas de secuelas aún antes de su estreno. Sin embargo, durante la gira de promoción en agosto de 2024 comenzaron a surgir rumores de tensión entre los protagonistas. Baldoni se ausentó de varios eventos promocionales clave y se observó que la pareja no fue fotografiada junta en las premieres, como en la destacada premiere en Nueva York el 6 de agosto.
Simultáneamente, la crítica hacia Lively por sus esfuerzos promocionales creció en línea. Los fans la acusaron de trivializar los graves temas de abuso doméstico que aborda la película, centrándose en entrevistas optimistas sobre su línea de cuidado capilar y su marca de alcohol. Además, se señalaron momentos durante las conferencias de prensa en los que parecía insensible al discutir la oscura temática de la película.
En una entrevista con Yahoo Entertainment en agosto, Lively eludió preguntas sobre su trabajo con Baldoni, describiendo su papel como una experiencia desafiante.
Baldoni también enfrentó críticas. Circularon informes que alegaban que había creado un ambiente de trabajo incómodo durante la producción, con afirmaciones de que hizo comentarios inapropiados sobre el peso de Lively a un entrenador del set antes de filmar una escena de levantamiento. Los fans criticaron la decisión de Baldoni de contratar a un gerente de crisis días después del estreno de la película, considerándolo un intento de controlar la narrativa mientras las tensiones entre los co-protagonistas se hacían más evidentes.
A pesar de las controversias fuera de la pantalla, It Ends With Us — que narra la historia de una florista (Lively) atrapada en una relación abusiva con un neurocirujano (Baldoni) — recaudó $351 millones a nivel global y logró un lugar en la lista global de Netflix.
La situación entre Lively y Baldoni se intensificó en diciembre de 2024, cuando documentos legales presentados por ambas partes revelaron un conflicto más profundo entre las dos estrellas.
Lively presentó una queja legal en California, alegando un patrón de comportamiento inapropiado y hostigamiento por parte de Baldoni y el coproductor Jamey Heath en el set. En la queja, Lively alegó que Baldoni violó repetidamente sus límites personales, incluyendo la entrada no anunciada a su tráiler mientras estaba amamantando y comentarios sobre su peso. También acusó a Heath de mostrarle un video de su esposa en trabajo de parto, presionándola para simular desnudez completa en una escena de parto, y de observarla mientras estaba desnuda y le quitaban el maquillaje corporal.
Lively argumentó que la compañía de producción de Baldoni, Wayfarer Studios, no implementó las medidas de protección descritas en un acuerdo adicional a su contrato, que contemplaba un coordinador de intimidad a tiempo completo en el set y garantías para prevenir represalias por reportar acoso. Sin embargo, Lively afirmó que estas medidas fueron inadecuadamente aplicadas o ignoradas.
El 21 de diciembre, The New York Times publicó un artículo titulado “Podemos enterrar a cualquiera”: Dentro de una máquina de desprestigio en Hollywood, que describía las alegaciones de acoso sexual que Lively afirma haber sufrido durante el rodaje.
“Espero que mi acción legal ayude a desenmascarar estas tácticas siniestras de represalia contra quienes hablan sobre la mala conducta y ayude a proteger a otros que puedan ser objeto de ataques”, declaró Lively al medio.
El 31 de diciembre, Lively demandó a Baldoni, su equipo de relaciones públicas y al estudio de cine en un tribunal federal de Nueva York por represalias en respuesta a sus denuncias de acoso. En la demanda, Lively reiteró las acusaciones de su queja en California, incluyendo que el equipo de relaciones públicas de Baldoni supuestamente orquestó una campaña de desprestigio en su contra durante la gira de promoción de la película.
Ese mismo día, Baldoni presentó una demanda por $250 millones por difamación contra el New York Times por su artículo del 20 de diciembre. En una declaración, el abogado de Baldoni, Bryan Freedman, afirmó que el Times “se doblegó ante los deseos de dos poderosos ‘intocables’ de Hollywood, ignorando las prácticas y ética periodísticas que alguna vez fueron dignas de la publicación”.
El 16 de enero, Baldoni presentó una $400 millones en contra de Lively, Ryan Reynolds y otros, alegando que la pareja había orquestado una campaña de desprestigio para dañar su reputación y obtener control creativo sobre la película. Baldoni también disputó las afirmaciones de acoso de Lively, calificándolas de “grave tergiversación” de su relación laboral.
La disputa entre ambos actores pone de manifiesto las complejidades y tensiones que pueden surgir en el set de filmación, especialmente en un proyecto que aborda temas tan sensibles como el abuso doméstico. La situación continúa desarrollándose en el ámbito legal, con ambos lados presentando sus versiones de los hechos y luchando por limpiar sus nombres en un entorno mediático altamente cargado.
