Donald Trump ha anunciado que nombrará a Sean Curran, actual líder de su equipo de seguridad del Servicio Secreto de Estados Unidos (USSS), como próximo director de la agencia. Esta decisión se produce en un contexto de creciente preocupación por la seguridad del expresidente, quien ha enfrentado varios intentos de asesinato durante su campaña de reelección para 2024. Curran estuvo presente durante un ataque en un mitin en Butler, Pennsylvania, donde un tirador logró acercarse a Trump y disparar, lo que resultó en la muerte de un espectador y heridas a otros dos.
La elección de Curran se produce tras la renuncia de la directora Kimberly Cheatle, que dejó su puesto debido a las críticas sobre las fallas de seguridad que permitieron que el atacante se acercara a Trump. Donald Trump Jr. expresó su apoyo a Curran en una publicación en X (anteriormente Twitter), describiéndolo como un «gran patriota» que detendrá «toda la locura de una vez por todas».
Controversias en torno a la seguridad
Desde el ataque en Butler, la dirección del USSS ha estado bajo un intenso escrutinio. Los críticos han señalado que la falta de comunicación entre el USSS, la policía local y otras agencias federales permitió que el tirador, identificado como Thomas Crooks, se acercara a Trump con un rifle. A pesar de que los agentes asignados a Trump, incluido Curran, actuaron de acuerdo con su entrenamiento, las fallas en la planificación y la coordinación han sido objeto de análisis.
Bill Gage, un exagente del USSS, comentó que Trump buscaba a alguien en quien pudiera confiar, y que Curran había demostrado su valía durante el incidente en Pennsylvania. Sin embargo, la elección de Curran ha sido criticada por algunos medios, como CNN, que han señalado que carece de la experiencia administrativa necesaria para dirigir una agencia de gran envergadura como el USSS. Aunque supervisa a un equipo de aproximadamente 85 personas, nunca ha gestionado un presupuesto o operaciones a la escala del Servicio Secreto, que cuenta con miles de empleados.
Curran reemplazará a Ron Rowe, quien asumió el cargo tras la salida de Cheatle. La decisión de Trump de nombrar a Curran refleja su deseo de rodearse de personas de confianza en un momento en que su seguridad es una preocupación primordial, especialmente tras los recientes intentos de asesinato que han sacudido su campaña electoral.
