El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha manifestado su intención de visitar China en sus primeros 100 días de mandato, con el objetivo de mejorar las relaciones con el líder chino, Xi Jinping. Esta noticia surge en un contexto de tensiones geopolíticas entre ambas naciones, exacerbadas por la situación en Taiwán y las amenazas de Trump de imponer aranceles severos a las importaciones chinas, según un informe del Wall Street Journal.
La visita, que aún no ha sido confirmada oficialmente, busca profundizar los lazos entre ambos líderes en medio de un clima de creciente rivalidad. Recientemente, Trump y Xi mantuvieron una conversación telefónica en la que abordaron diversos temas, incluyendo el comercio, Taiwán y la situación de la plataforma de redes sociales TikTok, que enfrenta un inminente veto federal en Estados Unidos. Sin embargo, no está claro si Trump planteó la posibilidad de un viaje a China durante esta llamada, ya que ambos mandatarios delegaron las discusiones sobre un posible encuentro en persona a sus asesores.
Desafíos en las relaciones bilaterales
Además de China, Trump ha mostrado interés en realizar un viaje a India, aunque su atención inmediata se centrará en cuestiones internas, como la crisis fronteriza y los incendios forestales en California. Durante su primer mandato, Trump visitó Pekín en 2017, más de nueve meses después de asumir el cargo. Su administración estuvo marcada por una tensa confrontación con China, que incluyó la imposición de aranceles a miles de millones de dólares en productos chinos y la designación del país como “manipulador de divisas”.
Durante la campaña electoral, Trump propuso un arancel del 60% sobre las importaciones chinas. Ante esta posibilidad, el vice-ministro de Comercio chino, Wang Shouwen, advirtió que tales restricciones podrían tener efectos adversos, elevando los precios para los consumidores estadounidenses. No obstante, Wang también afirmó que China podría soportar el impacto de estos “choques externos”.
La relación entre Estados Unidos y China se encuentra en un punto crítico, y la postura de Trump, que ha oscilado entre la confrontación y la cooperación, será determinante para el futuro de estas interacciones. La comunidad internacional observa con atención cómo se desarrollarán estos acontecimientos en los próximos meses.