El nuevo modelo del polo norte magnético y su impacto en la navegación
Recientemente, científicos han publicado un nuevo modelo que rastrea la posición del polo norte magnético, el cual se ha desplazado más cerca de Siberia en comparación con hace cinco años, y continúa su deriva hacia Rusia. A diferencia del polo norte geográfico, que es una ubicación fija, el polo norte magnético es determinado por el campo magnético de la Tierra, el cual está en constante movimiento. Durante las últimas décadas, el movimiento del norte magnético ha sido sin precedentes, experimentando una aceleración dramática seguida de una desaceleración rápida, un comportamiento que los científicos aún no logran explicar en su totalidad.
El modelo mundial magnético (WMM, por sus siglas en inglés), desarrollado por el Servicio Geológico Británico y la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), se utiliza en sistemas de posicionamiento global (GPS) para determinar la ubicación del norte magnético. Este modelo, que se actualiza cada cinco años, proporciona información sobre la posición actual del norte magnético y predice su deriva futura. La última actualización del WMM, realizada el 17 de diciembre, incluye un modelo estándar y uno de alta resolución. Sin embargo, la mayoría del hardware de GPS utilizado por el público en general opera con el modelo estándar, por lo que muchos usuarios no experimentarán beneficios significativos con la nueva versión.
La diferencia entre el norte magnético y el «norte verdadero» radica en la naturaleza dinámica del campo magnético de la Tierra. El polo norte magnético, descubierto en 1831 por el explorador británico Sir James Clark Ross, se encuentra aproximadamente a 1,000 millas (1,609 kilómetros) al sur del polo norte geográfico. Desde su descubrimiento, este ha ido desplazándose hacia Rusia, y aunque su movimiento ha sido típico de unos 10 kilómetros por año en los últimos 400 años, la aceleración observada desde 1990 ha sido notable, llegando a 55 kilómetros por año en su punto máximo. Los científicos continúan observando este fenómeno, que, aunque se espera que se desacelere, podría cambiar de dirección o incluso acelerar nuevamente en el futuro.