El cine francés ha perdido a uno de sus más controvertidos y carismáticos directores. Bertrand Blier, conocido por su provocadora filmografía en las décadas de 1970 y 1980, falleció a los 85 años en su hogar de París, rodeado de su familia. Su hijo, Léonard Blier, confirmó la noticia a la agencia AFP.
Blier, hijo del actor Bernard Blier, es recordado por obras icónicas como Les Valseuses, Tenue de soirée y Buffet froid. Su estilo, caracterizado por un humor oscuro y vulgar, así como por representaciones crudas de actos sexuales y desnudos, le valió tanto la admiración como la crítica. Con Les Valseuses, estrenada en 1974, lanzó al estrellato a Gérard Depardieu, quien se convertiría en uno de los actores más reconocidos de Francia.
En 1978, Blier recibió el Oscar a la Mejor Película Extranjera por Préparez vos mouchoirs, también con Depardieu en el reparto. A lo largo de su carrera, el director acumuló múltiples galardones, incluyendo tres César al Mejor Guion por Buffet froid (1980), Notre histoire (1985) y Trop belle pour toi (1990), este último también le otorgó el Premio del Jurado en Cannes y el César a la Mejor Película y Mejor Director.
El legado de Blier es complejo. Sus películas, aunque consideradas por muchos como obras maestras de la comedia, han sido objeto de acusaciones de misoginia y controversia. Sin embargo, él defendía su enfoque provocador, afirmando que el ataque a mujeres y feministas en sus obras era más un juego que una reflexión profunda. “Nos divertimos haciendo una película provocadora solo por ser provocativos”, declaró en una entrevista con la revista francesa Transfuge.
El Ministro de Cultura francés, Rachida Dati, lamentó su fallecimiento, describiéndolo como “un genio del diálogo” que ofreció roles icónicos a importantes figuras del cine. Entre sus colaboraciones más memorables se encuentran actores como Miou-Miou, Michel Blanc, Isabelle Huppert y Patrick Dewaere, sin olvidar a su propio padre, Bernard Blier.
El último trabajo de Blier fue Convoi exceptionnel, estrenado en 2019, que contó nuevamente con la participación de Depardieu. A pesar de las controversias que sus películas generaron, el director siempre se mantuvo fiel a su visión artística y a su pasión por la libertad creativa, dejando una huella imborrable en la cinematografía francesa.