Recientemente, el cambio climático ha tomado un giro alarmante, con el último año marcado como el más cálido de la historia, superando en más de 1.5°C los niveles preindustriales. Este dato, aunque preocupante, no implica que sea demasiado tarde para mitigar el calentamiento global; sin embargo, la urgencia y el compromiso necesarios aumentan con cada retraso en la acción.
Un claro ejemplo de esta situación es Nueva Zelanda, donde las políticas climáticas actuales resultan insuficientes para contribuir de manera efectiva al objetivo global de mantener el calentamiento en 1.5°C. Así lo revela el primer informe del Climate Change Commission sobre el objetivo climático del país para 2050.
Recomendaciones del Climate Change Commission
El objetivo de Nueva Zelanda para 2050 incluye dos componentes principales: una reducción del 24% al 47% en las emisiones de metano provenientes de la ganadería y alcanzar la neutralidad de carbono en otros gases de efecto invernadero. Sin embargo, el informe del commission propone tres recomendaciones clave para aumentar la ambición:
- Establecer un objetivo neto negativo para las emisiones de gases de larga duración (dióxido de carbono y óxido nitroso), eliminando del ambiente 20 millones de toneladas más de las que se emiten anualmente.
- Aumentar el objetivo para las emisiones de metano biogénico, abogando por una reducción de entre el 35% y el 47% respecto a los niveles de 2017.
- Incluir las emisiones del transporte internacional marítimo y aéreo en los cálculos de emisiones del país.
Estas modificaciones, según el commission, acercarían a Nueva Zelanda a un escenario de «cero neto para todos los gases», alineándose con los objetivos del Acuerdo de París.
Este análisis se enmarca en un contexto más amplio, ya que Nueva Zelanda se encuentra rezagada en comparación con otros países que han adoptado objetivos climáticos más ambiciosos. Desde 2021, naciones como Australia, Japón, Estados Unidos, Canadá, la Unión Europea e Irlanda han implementado metas de cero emisiones, mientras que Finlandia y Alemania están considerando objetivos netos negativos.
El commission también destaca que la comprensión científica sobre el cambio climático ha evolucionado, revelando impactos que se manifiestan de manera más rápida y severa de lo previsto. Del mismo modo, enfatiza que la falta de acción en el presente trasladará costos y riesgos a las futuras generaciones, un asunto que debe abordarse con urgencia.
Además, el informe critica la dependencia de Nueva Zelanda de la reforestación comercial con especies exóticas para cumplir con sus objetivos climáticos. Esto ha llevado a que el Climate Action Tracker califique la respuesta del país como altamente insuficiente, equivalente a un mundo con un aumento de temperatura de 4°C.
El commission argumenta que las emisiones del transporte internacional no deben ser excluidas de los objetivos climáticos, ya que contribuyen significativamente al calentamiento global. La inclusión de estas emisiones en el objetivo revisado de 2050 es viable, y tanto Air New Zealand como la empresa de transporte marítimo Maersk respaldan esta integración, lo que sugiere un consenso creciente sobre la necesidad de abordar este tema.
