El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha arremetido contra su sucesor, Joe Biden, en una reciente entrevista con Fox News, donde ha afirmado que la incompetencia de los asesores de Biden ha contribuido a la escalada de conflictos internacionales, particularmente en Ucrania e Israel. Según Trump, Biden recibió “muy malos consejos” en casi todos los aspectos de su gestión, lo que, a su juicio, ha llevado a situaciones críticas en estos países.
Trump, quien ha mantenido una postura crítica hacia la administración Biden, sostiene que el conflicto en Ucrania no habría estallado si él hubiera permanecido en el cargo. Durante su campaña electoral, prometió que, de ser elegido nuevamente, podría poner fin a las hostilidades en “24 horas”. Sin embargo, tras asumir la presidencia, ha encargado a su enviado especial para Ucrania y Rusia, Keith Kellogg, la tarea de resolver el conflicto en un plazo de 100 días.
Advertencias a Rusia y la relación con el pueblo ruso
En la misma entrevista, Trump lanzó un ultimátum a Rusia, instando a su gobierno a “resolver ahora” el conflicto y detener la lucha, advirtiendo que, de no hacerlo, enfrentaría “altos niveles de impuestos, aranceles y sanciones” sobre cualquier producto vendido por Rusia a Estados Unidos y otros países. Esta declaración refleja la postura dura que Trump ha adoptado en relación con Moscú, aunque también ha expresado su “amor” por el pueblo ruso, recordando su contribución en la derrota del nazismo durante la Segunda Guerra Mundial.
Trump ha manifestado su disposición a dialogar con el presidente ruso, Vladimir Putin, sugiriendo que ambos líderes podrían restablecer el contacto “muy pronto”. Por su parte, Putin ha acogido con agrado la intención de Trump de reanudar el diálogo, aunque ha subrayado que cualquier conversación debe llevarse a cabo en un marco de “igualdad y respeto mutuo”.
Las declaraciones de Trump se enmarcan en un contexto internacional tenso, donde las relaciones entre Estados Unidos y Rusia han estado marcadas por la desconfianza y la confrontación. La estrategia del expresidente parece centrarse en la idea de que un enfoque más directo y personal podría facilitar la resolución de conflictos que han desafiado a la diplomacia estadounidense en los últimos años.
