El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha manifestado recientemente su interés en expandir el territorio estadounidense, lo que ha generado preocupación y sorpresa tanto en el ámbito político como en el internacional. Durante un mitin en Las Vegas, Trump afirmó que el país podría convertirse en una nación «considerablemente ampliada» en un futuro cercano, mencionando específicamente su deseo de anexar territorios como Groenlandia, Canadá y el Canal de Panamá.
En su discurso, Trump expresó que, a lo largo de los años, Estados Unidos ha mantenido un tamaño constante y que, en realidad, podría haber disminuido. Sin embargo, dejó entrever que esta situación podría cambiar pronto. Esta retórica ha reavivado el debate sobre la política exterior estadounidense y sus ambiciones territoriales, que muchos consideran anacrónicas.
Groenlandia y el Canal de Panamá: Objetivos de Trump
Trump ha mostrado un interés particular en Groenlandia, un territorio autónomo de Dinamarca. En una conversación telefónica reciente con la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, Trump fue «muy firme» en su solicitud para que Dinamarca cediera el control de la isla, lo que dejó a los funcionarios daneses «totalmente alarmados». A pesar de que Groenlandia alberga una base militar estadounidense, sus líderes pro-independencia y los funcionarios daneses han rechazado de manera contundente cualquier oferta de compra por parte de Trump.
En 2019, Trump ya había intentado adquirir Groenlandia, pero su propuesta fue desestimada por Dinamarca y Groenlandia. Recientemente, el presidente estadounidense ha argumentado que la «propiedad y control de Groenlandia es una necesidad absoluta» para la seguridad nacional de Estados Unidos. Además, ha insinuado que podría considerar el uso de la fuerza militar para asegurar este territorio, lo que plantea serias preguntas sobre la dirección de la política exterior estadounidense.
En cuanto al Canal de Panamá, Trump ha manifestado su deseo de recuperar el control de esta vía de navegación, que estuvo bajo gestión estadounidense hasta 1999. El presidente panameño, José Mulino, ha prometido resistir cualquier intento de toma y ha negado que el canal haya estado bajo control extranjero. Esta postura refleja la creciente preocupación de Trump por la influencia de China en la región, lo que ha llevado a un aumento de las tensiones diplomáticas.
Por último, Trump ha sugerido que Canadá debería convertirse en el 51º estado de Estados Unidos, ofreciendo beneficios fiscales a los ciudadanos canadienses. Sin embargo, sus críticas hacia Canadá como socio comercial han sido constantes, llegando a amenazar con imponer aranceles severos a los productos canadienses.
La retórica de Trump sobre la expansión territorial y su enfoque agresivo hacia Groenlandia, el Canal de Panamá y Canadá subrayan una visión de la política exterior que muchos consideran peligrosa y desestabilizadora. A medida que se intensifican estas declaraciones, la comunidad internacional observa con atención las posibles repercusiones de estas ambiciones en la geopolítica global.
