La Importancia del Banco Nacional de Semillas en Kenia
En la localidad de Kikuyu, en el centro de Kenia, se encuentra el Banco Nacional de Semillas, una instalación esencial para la agricultura del país. Este banco, creado en 1988, alberga más de 50,000 variedades de semillas que son catalogadas y almacenadas en condiciones controladas. Su establecimiento responde a la creciente preocupación por la pérdida de variedades tradicionales de semillas, un problema que se ha intensificado con el cambio climático. El principal objetivo de esta institución es conservar estas semillas para la investigación y su posible reintroducción en las explotaciones agrícolas.
El director del Instituto de Investigación de Recursos Genéticos, que gestiona el banco, Desterio Nyamongo, destaca que algunas de las variedades tradicionales que se habían dejado de lado poseen una mayor resistencia al cambio climático. Estas semillas, especialmente en áreas marginales, superan a las variedades mejoradas, que suelen requerir la compra cada temporada de siembra. Además, se ha comprobado que muchas de estas semillas son más resistentes a enfermedades y plagas, lo que representa una esperanza para un país que depende en gran medida de la agricultura de lluvia y que es vulnerable a fenómenos climáticos extremos.
Sin embargo, la situación de los agricultores en Kenia se complica por la aparición de semillas fraudulentas en el mercado, lo que ha ocasionado pérdidas millonarias. Durante una conferencia internacional sobre calidad de semillas, se reconoció que el sector de las semillas es crucial para la economía del país, que aporta un tercio del Producto Interno Bruto (PIB) de Kenia. A pesar de las dificultades, algunos agricultores están promoviendo el uso de semillas indígenas, que han demostrado ser más resilientes en condiciones adversas. Sin embargo, la legislación de 2012 que prohíbe el intercambio de semillas entre agricultores ha limitado estos esfuerzos, generando un debate sobre la sostenibilidad del sistema agrícola en el país.