Recientemente, un sondeo de opinión ha revelado que la mayoría de los groenlandeses rechazan la idea de que el presidente estadounidense Donald Trump adquiera su isla, actualmente bajo soberanía danesa. Según el estudio, realizado por el diario danés Berlingske en colaboración con el periódico groenlandés Sermitsiaq, solo un 6% de los encuestados se mostró a favor de unirse a Estados Unidos, mientras que un 85% se opuso rotundamente a la propuesta.
El interés de Trump por Groenlandia no es nuevo. Durante su campaña electoral, el presidente mencionó la isla como un posible objetivo para la expansión territorial de Estados Unidos, junto con otros lugares como Canadá y Panamá. A pesar de sus afirmaciones de que contaba con apoyo entre los groenlandeses, los resultados de este nuevo sondeo contradicen dicha afirmación. Casi la mitad de los encuestados, un 45%, considera que el interés de Trump en Groenlandia representa una amenaza.
Reacciones y contexto político
Este sondeo contrasta notablemente con un estudio anterior realizado por la firma estadounidense Patriot Polling, que indicaba que un 57% de los groenlandeses apoyaba la idea de que Estados Unidos adquiriera su territorio. Sin embargo, esta encuesta no proporcionó detalles sobre su metodología ni el tamaño de la muestra, lo que ha suscitado dudas sobre su validez.
La situación ha generado tensiones diplomáticas entre Estados Unidos y Dinamarca. La semana pasada, Trump mantuvo una conversación tensa con la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, que dejó a la parte danesa «totalmente alarmada», según fuentes anónimas citadas por The Financial Times.
En medio de esta crisis diplomática, que algunos medios daneses han denominado «La batalla por Groenlandia», el gobierno danés ha anunciado una nueva iniciativa destinada a combatir el racismo y la discriminación contra los groenlandeses. Esta medida incluye una inversión de casi 5 millones de dólares en los próximos cuatro años para fortalecer la identidad groenlandesa y fomentar la conexión con la metrópoli danesa.
La situación en Groenlandia pone de manifiesto las complejidades de la política internacional y las tensiones que pueden surgir en torno a la soberanía y la identidad cultural de los pueblos. A medida que se desarrollan estos acontecimientos, la opinión pública en Groenlandia parece clara: la isla no está en venta.