La Royal Society of Literature (RSL) ha atravesado un periodo de intensa controversia y reformas, marcado por la reciente celebración de su Asamblea General Anual (AGM) el pasado 15 de enero. Este encuentro se produjo en un contexto de críticas públicas y cambios significativos en su liderazgo, lo que subraya la necesidad de una reflexión profunda sobre su futuro y su papel en el ámbito literario.
Uno de los anuncios más destacados de la AGM fue la renuncia de Molly Rosenberg, directora de la RSL desde 2017, quien dejará su cargo a finales de marzo para «buscar nuevas oportunidades profesionales». Su salida se produce en medio de un clima de tensión que ha puesto en entredicho la gobernanza y el liderazgo de la organización. En paralelo, Daljit Nagra, quien ha ocupado el cargo de presidente durante los últimos cuatro años, también confirmó su despedida, poniendo fin a su mandato.
Durante la AGM, Nagra presentó los resultados de la primera revisión de gobernanza de la RSL, encargada a la National Council for Voluntary Organisations (NCVO) en 2024. Esta revisión, que se había estado gestando desde 2022, forma parte de un esfuerzo más amplio por parte de la RSL para modernizar su gobernanza y abordar las preocupaciones planteadas en el último año. Aunque la RSL ha indicado que compartirá algunos elementos del informe públicamente, hasta la fecha no se ha publicado información adicional desde la AGM. Nagra expresó su orgullo por haber supervisado esta revisión, que, según él, «aumentará la transparencia de cara al futuro».
En un intento por recuperar su reputación, la RSL se autodenunció ante la Charity Commission en febrero de 2024, en respuesta a críticas sobre su postura frente a la censura y su manejo del ataque al escritor Salman Rushdie, así como a los recientes cambios en el proceso de elección de becados. La decisión de autodenunciarse fue calificada como un movimiento responsable para salvaguardar su futuro, ante la creciente cobertura mediática negativa relacionada con estos temas. Un comunicado en su sitio web, titulado «Declaración de hechos 2025», aclaró que la decisión fue «una cuestión de buena gobernanza», ya que tanto los administradores como la Charity Commission examinaron las denuncias y no encontraron evidencia de irregularidades.
Uno de los temas centrales tratados en la AGM fue la controversia en torno a la revista anual de la RSL, Review. En 2024, la publicación se pospuso, lo que generó acusaciones de censura, especialmente en relación con un artículo crítico hacia Israel. Maggie Fergusson, exeditora de Review, sugirió públicamente que el retraso estaba vinculado a este artículo. Sin embargo, la RSL negó con vehemencia estas acusaciones y argumentó que había «varios problemas» con el contenido de la edición. Finalmente, la revista se publicó en marzo de 2024, incluyendo el artículo controvertido. En la «Declaración de hechos 2025», la RSL reiteró que «la revista no fue cancelada, ni se censuró ningún artículo», resaltando las mejoras realizadas en su diseño y contenido.
La RSL también ha enfrentado críticas por su respuesta, o la falta de ella, al ataque sufrido por Salman Rushdie en agosto de 2022. Escritores y miembros de la organización, como Ian McEwan, expresaron su indignación por la falta de una declaración pública contundente en apoyo a Rushdie. McEwan, defensor del autor en el pasado, señaló que el liderazgo de la RSL parecía habitar «un universo moral remoto que la mayoría de nosotros no compartimos». En respuesta, la presidenta de la RSL, Bernardine Evaristo, defendió las acciones de la organización, señalando que la RSL había publicado dos tuits ofreciendo apoyo a Rushdie tras el ataque.
Otro aspecto polémico ha sido la rápida expansión de la beca de la RSL, que algunos críticos consideran que ha diluido su prestigio. Los esfuerzos recientes de la organización por diversificar la beca, reconociendo a escritores más jóvenes y de orígenes subrepresentados, han generado reacciones mixtas. La ex presidenta Marina Warner expresó su preocupación en The Observer, afirmando que la beca «solía marcar una carrera aclamada». No obstante, Evaristo, en una carta a The Guardian en febrero de 2024, subrayó que «solo el 4% de los becados son menores de 40 años, mientras que más del 55% son mayores de 65 años, y más del 34% son mayores de 75. ¿Marginados? Claramente no».
En la «Declaración de hechos» divulgada poco antes de la reunión, la RSL trató de aclarar un nuevo proceso electoral, lanzado en diciembre, que invita al público a recomendar escritores para la beca. «Solo los becados pueden nominar escritores para la beca», reza la declaración, destacando que las recomendaciones son evaluadas por un panel de becados, quienes realizan las nominaciones, que son finalmente votadas por el Consejo de la RSL y miembros senior.
La Royal Society of Literature continúa enfrentándose a turbulencias, y persisten las incógnitas sobre su futuro. Las reformas implementadas serán suficientes para restaurar la confianza y alinear la institución con su rica herencia literaria, o se requerirá una revisión más profunda para abordar los desafíos que se presentan en el horizonte.