Un equipo de investigadores de la Universidad de Pensilvania ha desarrollado una innovadora herramienta biotecnológica que permite controlar la actividad de células modificadas de manera remota y no invasiva. Este avance podría revolucionar tratamientos médicos como la terapia del cáncer, ofreciendo un enfoque más preciso y menos tóxico en comparación con los métodos tradicionales.
La investigación, liderada por el bioingeniero Lukasz Bugaj, se centra en una proteína denominada Melt, que responde a cambios de temperatura. Mientras que el control de células a través de la luz ha sido una técnica conocida desde hace casi dos décadas, la penetración de la luz en los tejidos humanos presenta limitaciones. En este contexto, el calor se presenta como una alternativa más eficaz, ya que puede atravesar los tejidos de forma más efectiva.
Desarrollo de Melt: la proteína que responde al calor
El descubrimiento de Melt se originó a partir de un estudio sobre la proteína BcLOV4, que se encuentra en el hongo Botrytis cinerea, conocido por causar la pudrición de frutas como fresas y uvas. Inicialmente, esta proteína se había investigado por su sensibilidad a la luz, pero el equipo de Bugaj observó que también reaccionaba a cambios de temperatura. Este hallazgo llevó a la creación de una proteína que solo responde al calor, permitiendo un control más efectivo sobre la actividad celular.
Los investigadores modificaron BcLOV4 hasta desarrollar Melt, que actúa como un interruptor: al aumentar la temperatura, se activa la proteína, y al disminuirla, se desactiva. Este mecanismo ha demostrado ser eficaz en experimentos donde se logró inducir la muerte de células cancerosas mediante un dispositivo de enfriamiento aplicado de forma tópica, evitando así los efectos secundarios asociados a la quimioterapia convencional.
Además de su potencial en el tratamiento del cáncer, Melt tiene aplicaciones en la investigación básica, permitiendo a los científicos controlar vías celulares en tiempo real y obtener nuevas perspectivas sobre el funcionamiento celular. Con esta herramienta, se abre la puerta a la posibilidad de diseñar nuevas proteínas que integren múltiples funciones, mejorando así la eficacia de futuras terapias celulares.
Los investigadores se muestran optimistas sobre el futuro de Melt, sugiriendo que su uso podría extenderse a tratamientos más específicos que respondan a señales fisiológicas del organismo, como la fiebre o la inflamación. Este avance no solo representa un paso significativo en la biotecnología, sino que también plantea un cambio paradigmático en cómo se abordan y tratan diversas patologías, abriendo un abanico de posibilidades en el ámbito de la medicina personalizada.